II. DISPOSICIÓN GENERAL DE LA LABOR PARA 2009
El presente es un año clave para la ejecución del XI Plan Quinquenal, y también un año con mayores dificultades para el desarrollo económico de nuestro país después de la entrada en el nuevo siglo, año en que serán sumamente pesadas las tareas en materia de reforma, desarrollo y estabilidad.
Vista la situación nacional e internacional con un enfoque global, nuestro país sigue encontrándose en un importante periodo coyuntural estratégico en el que coexisten los desafíos con las oportunidades, y las dificultades con las esperanzas. No han cambiado el aspecto fundamental de nuestro desarrollo económico y social y su tendencia al mejoramiento a largo plazo. Tenemos plena confianza, condiciones y capacidad para superar las dificultades y los desafíos. Esta confianza y fuerza nuestra proviene del juicio científico y el dominio acertado de la dirección central respecto a la situación, proviene de una serie de políticas y medidas que han sido elaboradas y aplicadas en respuesta a los desafíos y con mirada de largo alcance, proviene de la enorme demanda que resulta, entre otras cosas, de construir infraestructuras, actualizar la estructura sectorial y la de consumo, proteger el medio ambiente, fomentar el entorno ecológico y desarrollar los servicios de interés social en el curso de promover con celeridad la industrialización y la urbanización, proviene del sustento de los fondos suficientes, abundantes recursos de mano de obra y otros elementos, proviene del sistema financiero, que funciona de forma prudente, de las empresas de diversas modalidades con vigor fortalecido y de la política de macrocontrol flexible, proviene de las bases materiales y científico-tecnológicas y las condiciones en términos de régimen que se han creado durante los treinta años a partir de la aplicación de la reforma y la apertura, proviene de la ventaja en materia de política y sistema, que facilita la concentración de fuerzas para emprender grandes obras, del entorno social armonioso y estable y de la iniciativa y la creatividad del país, de arriba abajo, propicias para impulsar el desarrollo de modo científico, y proviene de la gran fuerza espiritual de la nación china, que se expresa en tenacidad e intrepidez y lucha por la prosperidad de la patria. Siempre que nos apoyemos firmemente en la dirección del Partido y el pueblo de las diversas etnias del país, no tendremos, sin duda, ninguna dificultad insuperable, y podremos, sin falta, reducir al mínimo el impacto negativo de la crisis financiera internacional y empujar un desenvolvimiento económico y social tan bueno como rápido.
Para llevar a buen término la labor del Gobierno en el presente año, debemos, enarbolando en alto la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas, tomando como guía la teoría de Deng Xiaoping y el importante pensamiento de la “triple representatividad”* y aplicando a fondo la concepción científica del desarrollo, ocuparnos de mantener el desarrollo estable y relativamente rápido de la economía como la tarea primordial de la labor económica. Para ello tenemos que fortalecer y mejorar el macrocontrol y empeñarnos en agrandar la demanda interna, sobre todo la de consumo, en cambiar la modalidad de desarrollo para acelerar el reajuste estratégico de la estructura económica, en profundizar la reforma para elevar el nivel de apertura al exterior, y en mejorar la vida del pueblo para promover la armonía social, con miras a impulsar en forma integral la construcción socialista en los terrenos económico, político, cultural y social y en materia de civilización ecológica.
Las metas principales con carácter expectativo para el desarrollo económico y social de este año son: aumentar el PIB en alrededor del 8% y optimizar en mayor medida la estructura económica; dar empleo a 9 millones de personas más en las zonas urbanas y mantener su índice de desempleados registrados dentro del 4,6%; incrementar de forma estable los ingresos de los habitantes urbanos y rurales; controlar el alza del índice general de precios al consumo en alrededor del 4%, y lograr nuevas mejoras en el estado de la balanza de pagos. Aquí es necesario explicar con énfasis que la propuesta de la meta de aumentar el PIB en alrededor del 8% obedece a una consideración global de la necesidad y la posibilidad de nuestro desarrollo. En un país en vías de desarrollo como el nuestro, con una población de 1.300 millones de habitantes, para ampliar el empleo en la ciudad y el campo, incrementar los ingresos de los residentes y salvaguardar la estabilidad social es imprescindible mantener un determinado ritmo de crecimiento económico. Siempre que sean acertadas las políticas y adecuadas las medidas, y fuerte su aplicación, será posible alcanzar las metas contempladas.
Con el fin de llevar a buen término la labor del Gobierno en el presente año, debemos atenernos a los siguientes principios: Primero, ampliar la demanda interna para mantener el crecimiento. Persistiendo en revertir la tendencia de reducción del incremento económico como el objetivo más importante del macrocontrol y en acrecentar la demanda interna como la orientación estratégica a largo plazo y el punto de empeño fundamental en el impulso del crecimiento económico, vamos a aumentar la demanda efectiva, fortalecer los eslabones débiles y poner en pleno juego la función rectora que desempeña la demanda interna, sobre todo la de consumo, para promover el crecimiento económico. Segundo, reajustar la estructura para alcanzar una nueva altura. Debemos impulsar con perseverancia el reajuste de la estructura económica y la innovación autónoma como el rumbo de actuación principal en favor del cambio de la modalidad de desarrollo, de modo que la presión pase a ser fuerza motriz, y hemos de proteger y desarrollar con toda firmeza las fuerzas productivas avanzadas, eliminar la capacidad de producción obsoleta, reorganizar los elementos de producción y expandir el espacio de desarrollo, con vistas a que, logrando concertar el mantenimiento del crecimiento con el reajuste estructural y el incremento de la rentabilidad, mejoremos la calidad global de la economía nacional y potenciemos la fuerza ulterior de su desarrollo. Tercero, empeñarnos en la reforma para incrementar el vigor. Persistiendo en tomar la profundización de la reforma y la apertura como la fuerza motriz fundamental para propulsar un desarrollo a modo científico, tenemos que emancipar aún más la mente, acrecentar la intensidad de la reforma en los dominios prioritarios y los eslabones clave y remover los obstáculos existentes en los regímenes y mecanismos, a fin de estimular el vigor creativo. Y cuarto, atribuir importancia a la vida del pueblo para promover la armonía. Cuanto más difícil sea la situación, más necesario será velar por la vida del pueblo y fomentar la armonía y la estabilidad de la sociedad. Manteniendo como punto de partida y destino de la labor económica el asegurar y mejorar la vida del pueblo, vamos a aplicar una política de empleo más activa y combinar estrechamente la promoción del crecimiento con la ampliación del empleo y esta mejora, para que las masas populares compartan los logros de la reforma y el desarrollo.