En el año transcurrido hemos hecho principalmente las labores siguientes:

1. Reajuste a tiempo y con resolución de la política macroeconómica para asegurar con todo empeño un desarrollo estable y relativamente rápido de la economía

Con el manejo acertado del rumbo, la prioridad, la intensidad y el ritmo del macrocontrol, hemos adoptado una serie de políticas y medidas encaminadas a impulsar la economía a desarrollarse de modo estable y relativamente rápido, respondido activamente a los graves embates de la crisis financiera internacional en una situación compleja y cambiante, e incrementado con esfuerzo nuestra capacidad de previsión, focalización y eficientización en el macrocontrol. A mediados del año, con los precios internacionales de los energéticos y cereales en posición elevada y el crecimiento de la economía mundial en desaceleración, y frente a las bajas en ciernes en las exportaciones y en el ritmo del incremento económico en las zonas del litoral, reajustamos oportunamente la tarea primordial del macrocontrol, haciéndola pasar a “mantener un desarrollo estable y relativamente rápido de la economía y controlar la excesiva alza de los precios”, además de adoptar medidas fiscales, tributarias y financieras dirigidas a esta finalidad. Desde septiembre, se vino abajo drásticamente la situación económica internacional, agravándose visiblemente su impacto negativo sobre nuestro país, por lo que desplazamos con resolución el punto de énfasis del macrocontrol a la prevención de una caída excesivamente acelerada del crecimiento económico, y aplicamos una política fiscal activa y una política monetaria apropiadamente laxa: se hicieron tres subidas de las tasas de desgravación a la exportación, cinco bajadas de los tipos de interés básicos de los depósitos y los préstamos de las instituciones financieras, y cuatro bajadas de la tasa de reserva obligatoria, se eximió temporalmente el pago del impuesto sobre la renta personal por los intereses de los depósitos bancarios, se redujo el impuesto del timbre para las operaciones bursátiles, se bajaron el impuesto y las tarifas sobre las transacciones de viviendas, y se aumentó el apoyo crediticio a las empresas pequeñas y medianas. De acuerdo con las exigencias de rapidez en sacar la mano, fuerza en lanzar el puño, certeza en las medidas y solidez en el trabajo, se pusieron en escena sin tardanza diez medidas dirigidas a ampliar aún más la demanda interna y a promover el crecimiento económico y se las llevó a la práctica contra reloj; se sacaron de manera sucesiva políticas y medidas de, entre otras cosas, respaldo financiero al desarrollo económico, promoción de un desarrollo sano de la industria ligera y textil, impulso de un desarrollo sano del mercado de bienes inmuebles, agilización de la circulación y ampliación del consumo, mantenimiento de un incremento estable del comercio exterior y de un acceso estable al empleo; además, se aceleró la elaboración de un programa de reajuste y vigorización de industrias prioritarias. Todas estas medidas han desempeñado un papel de importancia vital en aliviar las contradicciones relevantes en el funcionamiento de la economía, fortalecer la confianza, estabilizar la expectativa y mantener el desarrollo estable y comparativamente rápido de la economía.

Se ha fortalecido sin desmayo el trabajo con la agricultura, el campo y el campesinado. A lo largo del año la hacienda central invirtió en este trabajo 595.500 millones de yuanes, con un aumento de 163.700 millones sobre el año anterior, o sea, con uno del 37,9%, y, de esa suma, los subsidios directos a los cultivadores de cereales, los integrales por la compra de medios de producción agrícola, los subsidios por el uso de semillas mejoradas y los por la compra de máquinas y aperos agrícolas se duplicaron hasta alcanzar los 103.000 millones de yuanes. Se elevaron por márgenes considerables los precios mínimos de adquisición de cereales en tres ocasiones, subiendo más del 20%. Se aplicó la política de adquisición y almacenamiento provisional de los principales productos agrarios. Se reforzó la protección de tierras labrantías y la construcción de obras hídricas para campos de cultivo y se mejoró la capacidad productiva integral de la agricultura. Se apoyó el desarrollo de la cría porcina, los cultivos oleaginosos y el sector lácteo. Estas políticas y medidas han desempeñado un importante papel en proteger y movilizar el entusiasmo de los campesinos, en asegurar el suministro de productos agrícolas importantes y en incrementar los ingresos del campesinado, y han deparado un fuerte soporte en favor de estabilizar el desarrollo económico y social en su conjunto.

Se ha impulsado con firmeza la innovación autónoma y la reestructuración económica. Se dio curso a 16 importantes proyectos especiales estatales de ciencia y tecnología. Se construyó un nuevo número de centros de ingeniería y laboratorios prioritarios estatales y centros técnicos empresariales en los ámbitos de la informática, la biología y la protección medioambiental entre otros. Se investigó y desarrolló con éxito una serie de tecnologías clave y bienes de equipo importantes, incluyendo aviones para vuelos ramales, vehículos propulsados por nuevas energías y ferrocarriles de alta velocidad. La hacienda central invirtió 116.300 millones de yuanes en ciencia y tecnología, con un incremento del 16,4%. La reorganización en las ramas de telecomunicación y aviación, entre otras, dio pasos importantes. Se continuó con la eliminación de las capacidades productivas obsoletas, logrando en el año suspender o cerrar pequeñas plantas termoeléctricas por una capacidad total de 16,69 millones de kilovatios y clausurar 1.054 minas de carbón pequeñas. Se acrecentó la inversión en infraestructuras y en industrias básicas, concluyendo o poniendo en obra un grupo de proyectos importantes de energía, transporte, servicio hidráulico y demás. Se llevó adelante de modo sólido la estrategia general de desarrollo regional y se fortaleció la coordinación en el desarrollo de la economía de las diversas regiones.

Se han promovido incansablemente el ahorro energético y la reducción de emisiones contaminantes, así como la protección ecoambiental. La hacienda central programó un fondo de 42.300 millones de yuanes, en apoyo de la construcción de proyectos, entre otros, los diez programas prioritarios de ahorro energético e instalaciones de protección medioambiental. A lo largo y ancho del país, en las ciudades se incrementó la capacidad de tratamiento diario de aguas residuales en 11,49 millones de toneladas, y se acrecentó en 97,12 millones de kilovatios la capacidad de las unidades de generación eléctrica alimentadas por carbón combustible desulfurado. En comparación con el año previo, el consumo de energía por unidad de PIB descendió un 4,59%, y la demanda química de oxígeno y la emisión de dióxido de azufre se recortaron el 4,42% y el 5,95%, respectivamente. Durante cerca de tres años, en términos acumulativos, el consumo de energía por unidad de PIB había bajado un 10,08%, y la demanda química de oxígeno y la emisión de dióxido de azufre, un 6,61% y un 8,95%. Se consolidaron los logros de la reintegración de tierras de cultivo a la silvicultura y la praticultura, y se pusieron en ejecución las obras de protección y fomento ecológicos, entre ellas las dedicadas a los bosques naturales, y al área de la Cabecera de Tres Ríos, en Qinghai. Se aplicó el programa de prevención y tratamiento de la contaminación hídrica en las cuencas y regiones prioritarias. Y se promulgó el libro blanco Políticas y acciones de China en respuesta al cambio climático.