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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2015 | Editor: Claudia Leng [A A A]

Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

Palabras clave: Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

–La camarilla del Dalai XIV sabotea los Juegos Olím-picos que simbolizan la paz, dejando plenamente al descu-bierto la falacia de su “no violencia”

Los Juegos Olímpicos constituyen un símbolo de la paz, la amistad y el progreso de la humanidad. El Dalai XIV fomentó los disturbios durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, lo cual fue una sátira extrema de su imagen de “no violencia”.

En mayo de 2007, las fuerzas de la “independencia del Tíbet” y las fuerzas antichinas internacionales celebraron en Bruselas la “5ª Conferencia Internacional de Organizaciones en Apoyo al Tíbet” a la cual asistió Samtung, entonces cabecilla del “gobierno en exilio del Tíbet”. Esta conferencia aprobó un Plan Estratégico decidiendo accionar un movimiento para boicotear los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Más adelante, la organización de la “independencia del Tíbet” en Estados Unidos planteó el concepto de “gran levantamiento del pueblo tibetano”. Consideraba que los Juegos Olímpicos de 2008 constituían una última oportunidad para la “independencia del Tíbet”, decidieron aprovechar la “oportunidad favorable” de la atención prestada por la comunidad internacional a China antes de la celebración de los Juegos Olímpicos, intentando “a través de despertar, coordinar las acciones dentro del territorio tibetano, accionar una crisis en China”.

A finales de 2007, el “Congreso de la Juventud Tibetana”, la “Asociación de Mujeres Tibetanas” y otras organizaciones radicales en favor de la “independencia del Tíbet” celebraron reuniones en la India, declarando iniciar el “movimiento del gran levantamiento del pueblo tibetano”. El 4 y el 25 de enero de 2008, siete organizaciones de la “independencia del Tíbet” organizaron en Nueva Delhi una conferencia de prensa y dieron a conocer un Acta de Propuestas sobre el Movimiento del Gran Levantamiento del Pueblo Tibetano y lo transmitieron en más de 100 páginas web declarando “a partir del 10 de marzo de 2008, auspiciarán sin interrupción el ‘movimiento del gran levantamiento del pueblo tibetano’ a gran escala”. El 10 de marzo, el Dalai XIV emitió una declaración estimulando a los elementos sin ley dentro del territorio chino para tomar acciones violentas. El “Congreso de la Juventud Tibetana” emitió el mismo día una declaración en la que afirmaba que “en la actualidad se debe aprovechar la importante coyuntura nunca antes habida en las luchas por la independencia, es decir, los Juegos Olímpicos del presente año”, por la “independencia del Tíbet”, “no escatimar fluido de sangre y sacrificio de vidas”.

Con la planificación e instigación por parte de la camarilla del Dalai XIV, durante los preparativos para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, las fuerzas de la “independencia del Tíbet” produjeron en la arena internacional una serie de actividades de sabotaje. Los elementos de la “independencia del Tíbet” boicotearon en múltiples ocasiones importantes ceremonias de los Juegos Olímpicos, entre ellos la Ceremonia de Encendido de la Llama Olímpica en el Templo de Hera en Olimpia, Grecia y acciones brutales como arrebatar antorchas de los Juegos Olímpicos en el curso de relevo, suscitando una enorme indignación en la comunidad internacional.

–La camarilla del Dalai XIV hace caso omiso de la vida de tibetanos comunes, hace demagogia y tolera que los monjes y laicos realicen actos violentos

En agosto de 2011, después de tomar posesión del cargo, el nuevo cabecilla del “gobierno tibetano en el exilio” planteó claramente un movimiento por “innovar la no violencia”. Desde entonces, la camarilla del Dalai XIV incita por múltiples medios y vías a monjes y laicos y creyentes de etnia tibetana dentro del territorio para quemarse a lo bonzo, originando semejantes incidentes sucesivos en zonas de China. El 29 de mayo de 2012, en una vigilia candela celebrada por el “Congreso de la Juventud Tibetana” para tibetanos que se habían quemado, su cabecilla manifestó: “la independencia del Tíbet no caerá del cielo ni surgirá del suelo, sino dependerá de nuestros esfuerzos y acciones. Tenemos que pagar el precio.” Del 25 al 28 de septiembre de 2012, la camarilla del Dalai XIV convocó la segunda “Asamblea Especial de Tibetanos en el Exilio de Todo el Globo”, en la que consideraba el quemarse a lo bonzo como “acto de no violencia de la suprema forma”, a los que se queman como “héroes nacionales”, en esta asamblea se iba a construir salones memoriales y reunir fondos específicos. En un período posterior, la camarilla del Dalai XIV pregonó que “quemarse a lo bonzo no va en contra del dharma budista”, “quemarse a lo bonzo es el acto de sufrir el martirio y actos de bodhisattva”, engañando a creyentes de la zona tibetana, sobre todo a jóvenes y adolescentes, para emprender un camino sin retorno, originando un aumento repentino de incidentes de quemarse a lo bonzo.

Los órganos de seguridad pública han aclarado mediante investigaciones que estos incidentes han sido manipulados y producidos por la camarilla del Dalai XIV. El monasterio Kirti, en la prefectura autónoma de etnias tibetana y qiang de Aba, provincia de Sichuan, es el lugar en el que ha habido más incidentes de quemarse a lo bonzo. Los hechos demuestran que los incidentes al respecto sucedidos en este monasterio tienen estrechas relaciones con la instigación de la camarilla del Dalai XIV. La camarilla del Dalai XIV organiza el quemarse a lo bonzo, por regla general, a través de cuatro vías: una, a través del enlace del “Grupo de Enlace Periodístico” del monasterio Kirti en China y el templo del mismo nombre en la India, controlando y planeando a distancia el quemarse a lo bonzo; dos, los miembros del “Congreso de la Juventud Tibetana” penetran ilegalmente en el territorio chino para incitar y organizar a quemarse a lo bonzo; tres, a través de retornados del exterior, incita el quemarse a lo bonzo; cuatro, aprovechar el Internet y los medios de comunicación de la “independencia del Tíbet” para crear atmósfera que estimula el quemarse a lo bonzo.

La camarilla del Dalai XIV ha publicado, además, el Libro Guía para la Inmolación dirigida a manipular actos de inmolación, instigando de modo sistemático la inmolación a tibetanos dentro del territorio chino. El autor del libro es Lhamo Je, quien fue miembro del “parlamento en exilio” en dos períodos. El Libro Guía para la Inmolación se divide en cuatro partes: primera, pregonar que los inmoladores son “héroes intrépidos, grandes y muy gloriosos”, suscitando a los “héroes y heroínas” a prepararse en todo momento para sacrificar su vida; segunda, enseñar los “preparativos dirigidos a inmolarse”, guiando detalladamente a los que vayan a inmolarse como por ejemplo: “hace falta seleccionar días importantes como tiempo”, “escoger un sitio importante como ambiente”, “dejar últimas palabras por escrito o grabadas”, “asignar a una o dos personas de confianza para ayudar en la grabación de imagen o fotografiar, lo cual es muy importante”; tercera, “consignas de inmolación”, incitando a los inmoladores a gritar consignas unificadas; cuarta, otras acciones coordinadoras con la inmolación. El Libro Guía para la Inmolación es una guía de muerte, en el sentido completo, que instiga a aplicarse violencia, fabricar una atmósfera de terror. Escribir y transmitir el Libro Guía para la Inmolación, sin duda alguna, cometen el crimen de matar a seres vivos y van en contra del dogma del budismo tibetano.

Aplicarse violencia en locales públicos en sí es acto de violencia. Su objetivo radica en fabricar una atmósfera de terror y transmitir y guiar una psicología de terror. En este problema de claro sí y no, el Dalai XIV ha desempeñado un papel falto de brillo. Cuando comenzaron los sucesos de inmolación, el 8 de noviembre de 2011, en una rueda de prensa, dijo: “el problema radica aquí, la inmolación necesita coraje, un coraje muy grande”. Esto, en realidad, era manifestación de elogio y confirmación a los inmoladores. El 3 de enero de 2012, se explicó la inmolación diciendo: “el suicidio es, en apariencia, acto violento, pero la diferenciación de violencia y no violencia radica al final en el motivo y el objetivo, los actos originados del enojo y odio son violentos”. Evidentemente, a su modo de ver, la inmolación es un acto de “no violencia”. El 8 de octubre de 2012, cuando recibía una visita especial, dijo: “lo que confirmo en gran sentido es que aquellos inmoladores que se queman por motivos sinceros, lo hacen por el dharma budista y bienestar del pueblo; desde el punto de vista del budismo es algo positivo.” Aquí deja en claro su confirmación y elogio a la inmolación. El Dalai se aprovecha, además, de su identidad de líder religioso, para presidir en persona el “acto del dharma”, encabeza actos de “expiar los pecados de difuntos” a los inmoladores, “cantar Sutra”, “implorar felicidad” a los mismos. Esto cuenta con considerable instigabilidad y fuerzas demagó-gicas para los creyentes poseedores de sencillos sentimientos religiosos.

Respetar la vida, oponerse a la violencia constituyen un pronunciamiento básico del budismo. El budismo se opone a matar y también se opone al suicidio, se pronuncia por tener en la mente la caridad, tratar con bondad, amar y salvar a toda vida. La oposición al suicidio es importante escarmiento definido por el Buda. En los cánones del budismo, suicidar y enseñar a suicidar son males graves. El Dharmaguptavinaya, el Mahisasakavinaya, el Sarvastivadavinaya, y otros silas y vinayas para los bhiksu estipulan sin excepción: si un bhiksu se suicida o invita a otros a matarlo o enseña a otros a suicidarse, este bhiksu está cometiendo graves delitos contra la disciplina budista, pierde su cualificación como bhiksu y tiene que ser expulsado de la congregación de monjes. El budismo considera, además, que aconsejar, seducir, estimular, elogiar y aclamar el suicidio, y proporcionar condiciones y facilidades a otros en el acto de suicidio constituyen graves crímenes. La camarilla del Dalai XIV, con su actitud y modo de actuar frente a la inmolación de tibetanos, está incitando, seduciendo y guiando a otros al suicidio y está haciendo actos delictivos. Semejantes actos no solo va en contra del conoci-miento intuitivo y la moral básicos de la humanidad, sino que anulan los dogmas del budismo y son diametralmente contrarios a la concepción de la vida budista. El Gobierno chino, por defender los derechos del pueblo, salvaguardar la dignidad de la ley, adopta medidas en múltiples aspectos para detener los incidentes de inmolación, salvar la vida de inocentes y castigar según la ley a los elementos que violan la ley y cometen crímenes en los incidentes de inmolación, derrotando los intentos de la camarilla del Dalai XIV de aprovechar la inmolación para materializar la “independencia del Tíbet”.

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