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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2015 | Editor: Claudia Leng | [A A A] |
En primer lugar, la “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV va en contra del espíritu y principio de la Constitución china acerca de las relaciones entre las etnias de China. El preámbulo de la Constitución china manifiesta con claridad que “La República Popular China es un estado multiétnico unificado en conjunto creado por todas las etnias del país. Quedan definidas ya las relaciones étnicas socialistas caracterizadas por la igualdad, la unión y la ayuda mutua y continuarán reforzándose. En la lucha por salvaguardar la unidad nacional, hay que oponerse al chovinismo de una etnia grande, principalmente chovinismo de una gran etnia han y también hace falta oponerse al chovinismo de una etnia local”. El Artículo 4 de la Constitución estipula: “En la República Popular China todas las etnias son iguales”, “se prohíbe cualquier discriminación y opresión étnicas, se prohíbe todo acto dirigido a sabotear la unidad étnica y fabricar secesión étnica”. La Ley de Autonomía Regional Étnica de China establece en su Artículo 48 que “los órganos autonómicos de las localidades de autonomía étnica garantizan a todas las etnias propias de la localidad para gozar de derechos iguales”. La camarilla del Dalai XIV, al pregonar la “autonomía a alto grado” hace caso omiso de los derechos de igualdad de las diversas etnias del Tíbet y constituye una manifestación del ultranacionalismo.
En segundo lugar, la “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV es contraria a la estructura estatal vigente de China. Una vez fundada, la República Popular China heredó la estructura estatal unitaria, todo el país cuenta con una Constitución y un sistema jurídico unificados. En China las partes que integran el conjunto estatal son esferas adminis-trativas locales y no gobiernos miembro. La Constitución china establece en el Artículo 57 que la Asamblea Popular Nacional es el órgano supremo de poder estatal; en el Artículo 58 que la Asamblea Popular Nacional y el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional ejercen el poder legislativo del Estado. Los gobiernos locales a todos los niveles son niveles inferiores del Gobierno Central y tienen que obedecer a la administración ejercida por el Gobierno Central; no existe sujeto alguno poseedor de poder en posición jurisprudencial igual que el Gobierno Central. La “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV niega el poder supremo de la Asamblea Popular Nacional, ignora la autoridad del Gobierno Central, exige obtener el poder legislativo equivalente al del estrato estatal, calificando las relaciones de subordinación de las localidades respecto al Gobierno Central como relaciones de “cooperación” y relaciones recíprocas entre entidades reales políticas. En China no existen problemas de “negociación” recíproca entre la dirección central y las localidades para conseguir la “conformidad” mutua ni establecer “rutas de solución cooperadora”.
En tercer lugar, la “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai va radicalmente en contra del sistema político básico del socialismo con peculiaridades chinas. Como se ha referido anteriormente, el sistema de autonomía regional étnica constituye un sistema político básico de China. Dentro de una zona de autonomía, los ciudadanos de todas las etnias gozan de derechos iguales, los derechos de los ciudadanos de todas las etnias son objeto de garantía proporcionada por la Constitución y las demás leyes. Todas las localidades de autonomía étnica son partes inseparables del territorio de la República Popular China. Los gobiernos populares de las localidades de autonomía étnica son un nivel de órganos administrativos estatales locales y al mismo tiempo órganos autonómicos de las localidades autónomas. La Ley de Autonomía Regional Étnica china estipula en su Artículo 15: “Los gobiernos populares de todas las locali- dades de autonomía étnica son, todos, órganos administrativos estatales bajo la dirección unificada del Consejo de Estado y obedecen al Consejo de Estado.” El Tíbet, siendo una región autónoma china, naturalmente está dirigida por el Gobierno Central. La camarilla del Dalai XIV intenta negar de raíz, a través de la “autonomía a alto grado”, el sistema de autonomía regional étnica de China.
En el dogma del budismo, la idea sobre el origen “madhayamaka” aboga por abandonar dos tipos de prejuicio: “posesión real” y “odio a interés vacío”, no actuar de modo extremista. No obstante, el pronunciamiento político de la camarilla del Dalai XIV se aprovecha solo del nombre de “camino intermedio” para convertir en realidad la “independencia del Tíbet”. Gyalo Thondup, segundo hermano mayor del Dalai XIV, Tenzin Chogyal, hermano menor del Dalai XIV, así como Samtang, importante integrante de la camarilla y otros cabecillas de la “independencia del Tíbet” han manifestado: “Primero pedimos la autonomía y luego ¡expulsaremos a los chinos! La autonomía será el paso inicial”, “como primer paso, hacer que el Tíbet sea semiindependiente bajo el nombre de autonomía; y como segundo paso, transitar a la independencia del Tíbet”. Un nuevo cabecilla del “gobierno tibetano en el exilio” expresó en la revista hindú Diálogo: “La independencia del Tíbet y la autonomía del Tíbet no son contradictorias en puntos de vista; pues desde una óptica dialéctica la independencia del Tíbet es la meta de principio y la autonomía del Tíbet es meta de la actualidad”. Para impulsar el “camino intermedio” y materializar por etapas la “independencia del Tíbet”, la camarilla del Dalai XIV se embala a sí misma con todos los esfuerzos, finge acomodarse a la “tendencia mundial”, obra so pretexto de términos internacionales como “tercer camino”, “autodeterminación nacional”, “autonomía nacional”, “no violencia”, “ganar-ganar”, etc., disfrazando la proposición de la “independencia del Tíbet” como búsqueda de la equidad, la justicia, la democracia y la libertad. Sin embargo, debido a que se divorcia completamente de la situación nacional de China y la realidad del Tíbet, es contraria radicalmente a la Constitución, demás leyes y sistema básico de China, el “camino intermedio” fracasará a pesar de sus disfraces.