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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2015 | Editor: Claudia Leng | [A A A] |
–La “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV es intentar crear un “Estado dentro del Estado” y es contraria a la Constitución y el sistema estatal de China
La “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV, llamada también “autonomía auténtica”, o “autonomía cuya denominación concuerda con la realidad”, constituye otro contenido núcleo del “camino intermedio” pregonado por la camarilla. En apariencia, la “autonomía a alto grado” busca “poder autonómico” de los aspectos de idioma, cultura, religión, educación, protección ambiental, etc. dentro del ámbito de la soberanía de la República Popular China, pero en las palabras de la camarilla del Dalai XIV referentes a la “autonomía a alto grado”, claramente se incluyen contenidos de sabotaje a la unificación estatal, a la soberanía y al sistema estatal de China. La “autonomía a alto grado” de la camarilla del Dalai XIV es, esencialmente, fundar un “Estado dentro del Estado”, un Estado no sometido a la sujeción ejercida por el Gobierno Central.
En primer lugar, sobre las relaciones del “gobierno autónomo” y el Gobierno Central. “Exceptuados los asuntos diplomáticos y de defensa nacional, todos los demás asuntos deben ser asumidos por los tibetanos quienes tienen a su cargo responder sobre todo poder”, “el gobierno autónomo” tiene derecho a establecer “oficinas de representación” en el extran-jero. Esto, en esencia, supone colocar al “gobierno autónomo” en una posición independiente que no se somete a la sujeción ejercida por el Gobierno Central, derribar los diversos sistemas políticos actualmente vigentes en la región autónoma del Tíbet y crear otro sistema.
En segundo lugar, acerca de la defensa militar del Tíbet. La camarilla del Dalai XIV plantea que “tan solo cuando el Partido Comunista de China retire todas sus tropas del Tíbet se podría empezar auténticamente el proceso de conciliación”, además, “debe convocar reuniones de paz de carácter regional para asegurar la no militarización del Tíbet”, intentando con-vertir al Tíbet en un “área de paz internacional”, un “área neutral entre China y la India”, transformar los asuntos internos de China en asuntos internacionales. El Tíbet es una parte componente de la República Popular China; el acantonamiento del ejército en el Tíbet por parte del Gobierno Central no solo es un símbolo de la soberanía estatal sino también una necesidad de la seguridad estatal. La oposición de la camarilla del Dalai XIV al acantonamiento de fuerzas militares por el Gobierno Central en el Tíbet refleja, más que claramente, la pretensión política de su “independencia del Tíbet”.
En tercer lugar, acerca de los derechos de las demás etnias. La camarilla del Dalai XIV plantea que es necesario “suspender la migración hacia el Tíbet y hacer a los han que han entrado en el Tíbet retornar a China”. Samton, un importante miembro de la camarilla del Dalai XIV, en un discurso en 2005 declaraba que “en todas las zonas donde residen los tibetanos deben ser los mismos tibetanos los que ejerzan el poder autonómico regional étnico, los han y otras etnias son como invitados que no deben sujetar en forma alguna nuestros derechos”. Tal como la anterior referencia, dentro de la esfera del “Tíbet grande” del que habla la camarilla del Dalai XIV, sobre todo las áreas colindantes de la meseta Qinghai-Tíbet, en la historia fueron corredores étnicos por los cuales las diversas etnias chinas se trasladaban, formándose una situación de vivencia intercalada e interdependencia mutua. La camarilla del Dalai XIV intenta hacer que otras etnias con miles y millones de integrantes se alejen de esta tierra donde han vivido de gene-ración en generación, lo cual revela una lógica absurda y terrorista, es decir, si se materializa la “autonomía a alto grado” será el momento de la limpieza étnica en la meseta Qinghai-Tíbet.
En cuarto lugar, acerca de la “autonomía a alto grado” y “un país con dos sistemas”. La camarilla del Dalai XIV declara la necesidad de practicar una “autonomía a alto grado” en todo el “Tíbet grande” conforme al medio de “un país con dos sistemas”, y, como la situación del Tíbet es más “particular”, el derecho autonómico debe ser mayor que Hong Kong y Macao. “Un país con dos sistemas” es la política estatal básica que China formuló para solucionar el problema de Taiwan, así como los problemas de Hong Kong y Macao y materializar la unificación pacífica del Estado. La situación del Tíbet y la de Hong Kong y Macao son totalmente distintas. El problema de Taiwan es problema legado por la guerra civil entre el Guomindang y el Partido Comunista de China. Los problemas de Hong Kong y Macao son productos de la agresión imperialista a China y problemas de restauración del ejercicio de la soberanía por China. Mientras tanto, el Tíbet siempre se ha encontrado bajo la jurisdicción soberana del Gobierno Central de China y nunca ha existido problema anteriormente referido.
De ello se ve que en la “autonomía a alto grado”, la “autonomía” es falsa y la “independencia” es de verdad y el objetivo radica en negar la soberanía de China sobre el Tíbet y fundar un “Tíbet grande” que no se someta al control del Gobierno Central. Semejante “autonomía a alto grado”, de raíz no tiene base ni condición para materializarse.