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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2015 | Editor: Claudia Leng [A A A]

Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

Palabras clave: Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

–Después de que el Dalai XIV desencadenara la rebelión armada, el Gobierno Central cumplió con las exigencias de la caridad y la justicia para con él y durante un período continuó adoptando una actitud de espera paciente, pero el Dalai XIV se fue alejando cada vez más por el camino de traición a la patria

Después de suceder en el Tíbet la rebelión armada, el Ejército Popular de Liberación de China, apoyado y respaldado por el pueblo de todas las etnias del Tíbet, apaciguó rápidamente la rebelión. Al mismo tiempo desplegó el movimiento por la reforma democrática. Respecto a la traición y huida del Dalai XIV, el Gobierno Central decidió no impedirlo. Al mismo tiempo, adoptó la actitud de esperar con paciencia. El cargo del Dalai XIV como vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional se conservó hasta 1964. En octubre de 1959, el dirigente Mao Zedong de la Nueva China, en una conversación con la delegación del Partido Comunista de la India, dijo: “Si el Dalai acepta nuestras propuestas, deseamos que el Dalai vuelva. Solo necesita estar conforme con dos puntos: primero, el Tíbet es parte de China; segundo, hay que realizar una reforma democrática y una reforma socialista en el Tíbet. Con estos dos puntos el Dalai podrá regresar a China.”

No obstante, el Dalai XIV posterior a la traición y huida destruyó el Acuerdo de los 17 Artículos abiertamente en el camino de la traición a la patria, se le fue la lengua al negar haber manifestado la posición patriótica y hacer promesas patrióticas, rompió descaradamente con el Gobierno Central y emprendió el camino de traicionar al Estado y la nación. En junio de 1959, el Dalai XIV emitió una declaración en Mussorie, India, diciendo que “el Tíbet siempre fue independiente”. En 1963, el Dalai XIV convocó en Dharmsala, India, la “asamblea popular tibetana”, fundando el “gobierno tibetano en el exilio”, promulgando una “constitución”, que establecía que “el Dalai ocupa el cargo de jefe de Estado”, “los cortesanos son nombrados por el Dalai”, “todo trabajo del gobierno podrá ser confirmado tan solo cuando lo acuerde el Dalai”.

El 17 de diciembre de 1964, el Consejo de Estado de la República Popular China aprobó en la 151ª Sesión Plena la Decisión acerca de la anulación del cargo del Dalai, indicando: “El Dalai, desde 1959 después de desencadenar la rebelión armada contrarrevolucionaria traicionando a la patria y huir al extranjero, organizó un gobierno espurio en el exilio, promulgó una constitución espuria, apoyó a los reaccionarios de la India a agredir nuestro país, organizó y adiestró activamente las rema-nentes fuerzas armadas de la rebelión armada huidas al extranjero para perturbar la frontera de la patria. Todo ello demuestra que él ya ha roto con la patria y el pueblo y es un elemento traidor a la patria sirviendo de instrumento para los reaccionarios extranjeros y el imperialismo.”

–Después de iniciada la reforma y apertura en China el Gobierno Central señaló la salida para que el Dalai XIV corrigiera sus errores planteando la política de “todos los patriotas somos de una misma familia, el amar a la patria no se divide entre quiénes son los primeros y quiénes posteriores”, pero el Dalai XIV siempre da rodeos en torno a la “independencia del Tíbet”

El amar a la patria es una exigencia básica formulada por el Gobierno Central para el Dalai XIV y los compatriotas de etnia tibetana en el exterior. Para contribuir a que el Dalai XIV y los compatriotas tibetanos en el exterior conozcan los éxitos logrados en la construcción de la patria, de agosto de 1979 a septiembre de 1980, los departamentos correspondientes del Gobierno Central atendieron la visita de tres grupos de visitantes y dos grupos de parientes enviados uno tras otro por el Dalai XIV que regresaban a la patria por visitas. La mayor parte de los parientes del Dalai XIV en el extranjero regresaron a la patria por visitas y visita a familiares. Lástima que el Dalai XIV en vez de aceptar el sentido de bondad y preciosas oportunidades proporcionadas por la dirección central, persiste obstinadamente en su posición de “independencia del Tíbet”, intensifica sus actividades secesionistas y de sabotaje perdiendo oportunidades de conciliación con el Gobierno Central. Las delegaciones enviadas por el Dalai XIV para regresar de visita se valían de la política del Gobierno Central de “libertad de venir e ir” para pregonar a los cuatro vientos la “independencia del Tíbet”, instigando el odio étnico, interfiriendo ilegalmente y saboteando el orden normal de producción y vida de la sociedad.

Desde 1979, el Gobierno Central, a la súplica de la parte del Dalai XIV, inició contactos y negociaciones en fechas no definidas con representantes privados del Dalai XIV. En febrero de 1979, el dirigente Deng Xiaoping recibió a Gyalo Thondup, segundo hermano mayor del Dalai XIV e indicó al referirse al problema de regresar el Dalai a China: “El Tíbet es parte de China. Sobre el regreso de ellos al país se puede hablar como un problema interno, no puede ser un diálogo de país a país. Se trata de un problema fundamental”. “Con tal de que el Dalai reconozca públicamente que el Tíbet es parte de China, podrá dialogar con la dirección central, pues en el amor a la patria no se diferencia quién es primero y quién después. El problema fundamental radica en que el Tíbet es parte de China. Ser correcto o incorrecto, hay que evaluarlo con este criterio”.

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