Conclusiones

Las ruedas del carro de la historia marchan hacia adelante sin detenerse y la corriente de los tiempos no puede ser detenida.

El camino de desarrollo del Tíbet es la opción de la historia y la opción del pueblo. La práctica corrobora que solo persistiendo en la unidad, oponiéndose a la secesión, adhiriéndose al progreso y combatiendo el retroceso, manteniendo la estabilidad y luchan- do contra los disturbios, el Tíbet podrá tener un futuro brillante. Cualquier persona y fuerza que intenten moverse en contra de la tendencia histórica será abandonada por la historia.

El “camino intermedio”, que pregona la camarilla del Dalai XIV, tiene como objetivo político la “independencia del Tíbet”, va en contra de la situación nacional de China y la práctica del Tíbet y viola la Constitución y el sistema estatal de China. La camarilla del Dalai XIV tendrá salida tan solo reconociendo que el Tíbet es, desde tiempos remotos, una parte de China, abandonando la política de “independencia del Tíbet”, suspendiendo las actividades de secesión de China y realizando de veras acciones en beneficio del Estado y del Tíbet.

El futuro del Tíbet pertenece al pueblo entero del Tíbet, a toda la nación china. El mañana del Tíbet será más hermoso. En los tiempos venideros, el pueblo de todas las etnias del Tíbet seguirá, junto con el pueblo de todas las etnias de la gran familia de la patria, marchando por el camino del socialismo con peculiaridades chinas y luchando incansablemente por construir un nuevo Tíbet socialista unido, democrático, próspero, rico, civilizado y armonioso y por materializar el sueño chino de la gran revitalización de la nación china.