5. Profundización del impulso de la reforma y la apertura para insuflar un nuevo vigor y una nueva fuerza motriz al desarrollo económico y social. Con arreglo a las tareas de la reforma planteadas en el XII Plan Quinquenal, intensificamos la superación de puntos difíciles para impulsar la reforma en áreas prioritarias y eslabones clave.
Perfeccionamos el sistema de la hacienda pública, en particular el sistema de la administración presupuestaria, incluyendo en ésta todos los fondos extrapresupuestarios; ampliamos la aplicación del presupuesto para la gestión del capital estatal; profundizamos la reforma de la presupuestación departamental; promovimos la información pública sobre los presupuestos y el balance final gubernamentales; y tanto 98 departamentos centrales como Beijing, Shanghai, Guangdong, Shaanxi y otras provincias y municipios hicieron públicos los gastos fiscales incurridos en giras por el extranjero o fuera de la parte continental, en la adquisición y el uso de vehículos motorizados, y en el ofrecimiento de recepciones oficiales. Llevamos a cabo a escala nacional la reforma encaminada a introducir la recaudación del impuesto sobre recursos correspondiente al crudo y al gas natural calculado en función de su precio de venta, e hicimos público el proyecto de recaudación experimental del impuesto al valor agregado en vez del impuesto a las transacciones. Extendimos a todo el país la liquidación con yuanes en el comercio transfronterizo, iniciamos la liquidación experimental con dicha moneda en las inversiones directas en el exterior y desarrollamos operaciones de liquidación con la misma en las inversiones foráneas directas. Profundizamos la reforma del sistema de derechos a bosques de propiedad colectiva, pusimos en marcha una reforma experimental en las granjas silvícolas estatales y llevamos adelante según la ley el registro de la gestión de las praderas por contrato. Impulsamos la reforma del régimen de administración de la construcción hidráulica e introducimos innovaciones en el de los recursos hídricos. Profundizamos la reforma de las empresas estatales. Emprendimos la ejecución del proyecto de separar las operaciones principales y secundarias de las redes eléctricas, el de reformar y reorganizar las empresas de este sector, así como el de reajustar los precios de la electricidad en su envío a la red distribuidora y los precios para el consumo no doméstico. Completamos en lo fundamental la reforma de los organismos de los cantones y los poblados. Llevamos a cabo ordenadamente la reforma de las instituciones públicas según su clasificación.
Persistimos en atribuir igual atención a la importación y la exportación, y simultaneamos la utilización de capitales foráneos con las inversiones en el exterior, elevando así en todos los sentidos el nivel de la economía abierta. Promovimos con dinamismo la estrategia de diversificar el mercado y nos esforzamos por optimizar la estructura comercial. En todo el año, el valor global de las importaciones y exportaciones de mercancías aumentó un 22,5% y alcanzó los 3,64 billones de dólares, registrándose un incremento del 20,3% en las exportaciones y del 24,9% en las importaciones, lo que redujo el superávit comercial en mayor medida. El uso efectivo de las inversiones foráneas directas sumó 116.000 millones de dólares y la participación del sector servicios y las regiones del Centro y el Oeste se incrementó. Las empresas aceleraron el paso en la aplicación de la estrategia de “salir al exterior” y las inversiones directas en el exterior en actividades no financieras llegaron a 60.100 millones de dólares. Participamos activamente en la cooperación económica internacional y regional, y seguimos profundizando las relaciones económicas y comerciales multilaterales y bilaterales.
También hicimos fructíferos progresos en ámbitos como el fomento de la democracia y la legalidad, la construcción de la defensa nacional y del Ejército, la labor relacionada con Hong Kong, Macao y Taiwan, y la diplomacia.
Los éxitos logrados el año pasado, nada fáciles de cosechar, han demostrado la superioridad y la vitalidad del socialismo con peculiaridades chinas, y han robustecido el orgullo y la fuerza cohesiva de la nación china. Todo ello ha sido resultado de las decisiones científicas y de la acertada dirección del Comité Central del Partido, con el camarada Hu Jintao como secretario general, y de la voluntad y la fuerza aunadas, y la lucha tenaz de todo el Partido, todo el Ejército y todas las etnias que conforman nuestro pueblo. En nombre del Consejo de Estado, quisiera decir aquí: ¡gracias de todo corazón a las etnias de nuestro pueblo, a los partidos democráticos, a las organizaciones populares y a las personalidades de los diversos círculos sociales del país! ¡Gracias de todo corazón a los compatriotas de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao, a los compatriotas de Taiwan y a los chinos residentes en el extranjero! ¡Gracias de todo corazón a los Gobiernos de los diversos países, a las organizaciones internacionales y a los amigos de las distintas naciones que se interesan por la modernización de China y le brindan su apoyo!
Al mismo tiempo, somos conscientes de que el desarrollo económico y social de nuestro país se enfrenta todavía con no pocas dificultades y desafíos. En el plano internacional, la recuperación de la economía mundial atraviesa un proceso difícil y tortuoso, la crisis financiera internacional sigue su curso y en algunos países persisten las dificultades para aliviar a corto plazo la crisis de la deuda soberana. Las principales economías desarrolladas topan con grandes dificultades a la hora de reducir su elevada tasa de desempleo y carecen de la fuerza motriz necesaria para crecer, mientras que las economías emergentes encaran la doble presión ejercida por la inflación y la desaceleración del crecimiento económico. Los tipos de cambio de las principales monedas fluctúan violentamente y los precios de los productos básicos oscilan de manera drástica. En el plano internacional, el proteccionismo del comercio y el de las inversiones se intensifican. En el plano nacional, ha devenido aún más apremiante y arduo resolver las contradicciones institucionales y estructurales, así como paliar el problema del desequilibrio, la descoordinación y la insostenibilidad del desarrollo, apareciendo además múltiples circunstancias y problemas nuevos en el funcionamiento de la economía. Todo ello se manifiesta principalmente en lo siguiente: la presión bajista sobre el crecimiento económico subsiste; los precios se mantienen en un nivel elevado; la regulación y el control del mercado inmobiliario se encuentran en una etapa crucial; las dificultades para el desarrollo estable de la agricultura y el incremento continuo de los ingresos del campesinado se agravan; coexisten la presión proveniente del volumen total del empleo y la contradicción estructural en este ámbito; las dificultades de gestión de algunas empresas, en particular las pequeñas y las microempresas, se multiplican; en algunos sectores, el exceso de capacidad productiva se está haciendo más patente; y el volumen total del consumo de energía aumenta desmesuradamente. Algunas contradicciones a largo plazo se entrelazan con problemas a corto plazo, los factores estructurales y cíclicos interactúan, y los problemas nacionales e internacionales se interrelacionan, a resultas de todo lo cual el macrocontrol se enfrenta a una situación aún más compleja. En la labor del Gobierno se advierten aún algunos defectos e insuficiencias, y no se han cumplido las metas fijadas para el ahorro energético, la reducción de emisiones y la regulación y el control de los precios; son bastante relevantes los problemas de la expropiación de tierras, la demolición de viviendas y la reubicación de sus ocupantes, de la seguridad en la producción, la seguridad de los productos alimenticios y farmacéuticos, así como de la distribución de los ingresos, problemas todos ellos que suscitan vehementes quejas por parte de las masas; y sigue siendo necesario tanto elevar el nivel de la administración y los servicios del Gobierno como fortalecer urgentemente su moralización administrativa.
No cabe duda de que, con un alto sentido de la responsabilidad ante el Estado y el pueblo, adoptaremos medidas más enérgicas, resolveremos efectivamente los problemas existentes y nos esforzaremos por cumplir mejor las diversas tareas, sin defraudar en absoluto al pueblo en el cumplimiento de los importantes cometidos que nos ha asignado.