Estimados diputados:
En nombre del Consejo de Estado, voy a presentar ante esta Sesión de la Asamblea el Informe sobre la Labor del Gobierno, para que ustedes lo examinen y los honorables miembros del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino hagan sus observaciones.
I. MIRADA RETROSPECTIVA A LA LABOR DEL 2011
El año pasado, frente al complejo y cambiante entorno político y económico internacional, y a las arduas y agobiantes tareas nacionales de reforma y desarrollo, el pueblo de las diversas etnias del país, bajo la dirección del Partido Comunista de China, avanzó unido valientemente y con una sola voluntad, cosechando nuevos e importantes éxitos en la reforma, la apertura y la modernización socialista. El producto interno bruto (PIB) llegó a 47,2 billones de yuanes, un 9,2% más que en el 2010; los ingresos de la hacienda pública alcanzaron los 10,37 billones de yuanes, registrando un crecimiento del 24,8%; la producción de cereales ascendió a 571,21 millones de toneladas, estableciéndose un nuevo récord histórico; en las ciudades y poblados, el número de empleos aumentó en 12,21 millones; y los ingresos disponibles per cápita de la población urbana y los ingresos netos per cápita de la población rural experimentaron en términos reales un aumento del 8,4 y el 11,4%, respectivamente. Consolidamos y multiplicamos los logros obtenidos en la resistencia a la embestida de la crisis financiera internacional y comenzamos el XII Plan Quinquenal con buen pie.
En el 2011, cumplimos principalmente las siguientes tareas.
1. Materialización de un crecimiento económico seguro y relativamente rápido a través del reforzamiento y la mejora del macrocontrol y de la contención del alza demasiado veloz de los precios. Aplicamos una política fiscal activa y una política monetaria prudente; persistimos en abordar correctamente la relación entre el mantenimiento del desarrollo seguro y relativamente rápido de la economía, el reajuste de su estructura y la gestión de las expectativas inflacionarias; atribuimos mayor importancia al tratamiento apropiado de las prioridades, la intensidad y el ritmo en la aplicación de las políticas; y nos esforzamos por regular y controlar con prudencia y flexibilidad, en el momento idóneo y en el grado adecuado, y por aumentar sin cesar la especificidad, la flexibilidad y el carácter prospectivo de las políticas. Ante la grave situación creada por el recrudecimiento continuo de las expectativas inflacionarias en todo el mundo, la fluctuación de los altos precios de los productos básicos en el mercado internacional y la notable subida de los costes de los elementos de producción y la tendencia a la escasez en el abastecimiento de algunos productos agrícolas en nuestro país, establecimos como tarea primordial del macrocontrol la estabilización del nivel general de los precios, persistiendo en implementar de manera coordinada las políticas, utilizar racionalmente los instrumentos de la política monetaria, regular la velocidad del aumento del suministro monetario y crediticio, desarrollar enérgicamente la producción, garantizar el abastecimiento, dinamizar la circulación de mercancías y potenciar la supervisión y la administración, de modo que, a partir de agosto, la magnitud de la subida del índice de precios al consumidor y de PPI output empezó a disminuir mes tras mes, invirtiendo la tendencia al alza excesivamente rápida que imperó durante cierto tiempo. En el segundo semestre, ante la acentuación de la inestabilidad y la incertidumbre de la economía mundial, y la aparición de nuevos problemas y circunstancias en el funcionamiento de la economía nacional, por un lado, persistimos en mantener sin cambio el rumbo fundamental del macrocontrol y básicamente estables las políticas macroeconómicas, y en seguir controlando la inflación; por otro, introdujimos una regulación previa y una microrregulación oportunas y adecuadas, reforzamos la concertación y la coordinación entre la política crediticia y la sectorial, intensificamos la reducción tributaria estructural, priorizamos el apoyo a la economía real, sobre todo a las pequeñas empresas y las microempresas, y a los programas relacionados con las condiciones de vida de la población, en particular el de viviendas de protección social, y garantizamos prioritariamente las necesidades de fondos para los proyectos de importancia estatal en construcción o por continuar, resolviendo de modo específico las destacadas contradicciones existentes en el funcionamiento de nuestra economía. Potenciamos con toda firmeza la regulación y el control del mercado inmobiliario para garantizar la implementación efectiva de las políticas correspondientes y el logro de resultados reales. Los efectos de la regulación y el control se hicieron patentes: la demanda de carácter especulativo o inversor se frenó ostensiblemente, y en la mayoría de las ciudades el precio de la vivienda se redujo en comparación con el mes precedente. Concedimos gran importancia a la prevención y la atenuación de los riesgos fiscales y financieros latentes, y sometimos oportunamente las deudas de los gobiernos territoriales a auditorías completas, logrando aclarar los volúmenes globales, las causas de la formación, los plazos de amortización y la distribución regional de dichas deudas contraídas durante años. Éstas han desempeñado un papel positivo en el desarrollo económico y social, creando cuantiosos activos de alta calidad, pero al mismo tiempo entrañan riesgos ocultos, sobre todo riesgos parciales en algunas zonas de escasa solvencia. Posteriormente, llevamos a cabo una revisión, una rectificación y una reglamentación concienzudas de las deudas, controlamos estrictamente el aumento de su volumen y resolvimos activa y prudentemente su amortización y la financiación continuada de los proyectos en construcción. Actualmente, el nivel de nuestra deuda gubernamental es controlable y seguro. En general, nuestra economía sigue avanzando por el rumbo previsto del macrocontrol y su capacidad de superar los riesgos crece sin cesar, dándose una tendencia positiva caracterizada por un crecimiento relativamente rápido, la estabilización gradual de los precios, una rentabilidad comparativamente buena y la mejora de las condiciones de vida de la población.