4. Acelerar el cambio de modalidad del desarrollo de la economía
La clave para resolver el desequilibrio, la descoordinación y la insostenibilidad del desarrollo reside en acelerar el cambio de modalidad del desarrollo económico e impulsar el reajuste estratégico de la estructura económica, lo que además de ser un proceso prolongado constituye la tarea más apremiante en la actualidad.
Promoción de la optimización y actualización de la estructura sectorial. Se propulsará el sano desarrollo de las industrias emergentes estratégicas. Hay que establecer mecanismos encaminados a promover el uso de nuevas energías; reforzar la planificación con una visión de conjunto, la complementariedad de los proyectos y la orientación política para ampliar la demanda interna; y evitar la expansión a ciegas de la capacidad de fabricación de instalaciones para las energías solar y eólica. Se han de desarrollar las tecnologías informáticas de nueva generación, intensificar la construcción de infraestructuras de redes e impulsar avances sustanciales en la integración de las redes de telecomunicaciones, televisión por cable e Internet; se pondrá empeño en desenvolver, entre otras, las industrias de manufactura de equipos de gama alta, ahorro energético, protección medioambiental, biomedicina, vehículos de nuevas energías y nuevos materiales. Aumentaremos los fondos especiales destinados a la reconversión tecnológica a fin de promover la reconversión y actualización de las industrias tradicionales. Para elevar la concentración industrial y la rentabilidad de escala, hemos de tomar las industrias automovilística, acerera, naviera, cementera, etc., como puntos prioritarios, controlar su crecimiento, optimizar la capacidad productiva existente e impulsar la absorción y la reorganización de empresas. Pondremos en práctica y perfeccionaremos la política tendente a propulsar el desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas, aliviaremos en mayor medida la carga que soportan las empresas y estimularemos el vigor del desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas científicas y tecnológicas. Aplicaremos una política fiscal, tributaria y financiera que favorezca el desarrollo del sector servicios, y apoyaremos la entrada de capitales de la sociedad en este ámbito para promover la aceleración de su desarrollo, así como la elevación de su proporción y su nivel.
Impulso del ahorro energético y la reducción de emisiones, y protección del entorno ecológico. La clave del ahorro energético y la reducción de emisiones reside en economizar energía, aumentar la eficiencia energética y disminuir la contaminación. Debemos elaborar y hacer público sin tardanza un proyecto de trabajo para controlar de manera razonable el volumen total del consumo energético y racionalizar con celeridad el sistema de precios de las energías. Vamos a recurrir de forma integral a los medios económicos y jurídicos así como a los medios administrativos necesarios para hacer especial hincapié en el ahorro energético y la reducción de emisiones en áreas prioritarias como la industria, el transporte, la construcción, los organismos públicos y la vida de los habitantes, y en mil empresas de destacado consumo energético, con miras a dar nuevos pasos en la eliminación de la capacidad productiva obsoleta. Hemos de fortalecer el control del consumo de energía, desarrollar redes eléctricas inteligentes y energías distribuidas, y poner en práctica diversas formas de administración eficaces, incluyendo la regulación de la generación eléctrica ahorradora de energía, el control del consumo energético por contrato y la adquisición pública de productos de bajo consumo; optimizar la estructura energética, propulsar el uso limpio y eficaz de las energías convencionales, desarrollar de manera segura y eficaz la energía nuclear, explotar dinámicamente la hidráulica y acelerar la resolución de problemas clave en la prospección y explotación del gas de pizarra; y aumentar el porcentaje de las nuevas energías y el de las renovables. Potenciaremos la construcción de canales para las energías. Aplicaremos a fondo el ahorro de recursos y la protección medioambiental como política estatal básica. Desplegaremos la inspección y supervisión de la certificación del ahorro energético y la identificación de la eficiencia energética, estimularemos la economización de energía, agua, suelo y materiales, así como la utilización integral de los recursos, y dedicaremos grandes esfuerzos al desarrollo de la economía circular. Tenemos que reforzar la protección medioambiental y resolver con empeño los problemas ambientales destacados que afectan a la vida del pueblo, como la contaminación por metales pesados, la de fuentes de agua potable y la de la atmósfera, el suelo y el mar. Nos esforzaremos por disminuir la contaminación agraria difusa. Supervisaremos y controlaremos rigurosamente los productos químicos peligrosos. Este año, en las zonas prioritarias, entre ellas las áreas de Beijing, Tianjin y Hebei, la región del delta del río Changjiang, la del delta del Zhujiang, así como los municipios bajo jurisdicción central y las capitales de las provincias, se desplegará el monitoreo de proyectos, incluido el de las partículas finas (PM2.5), que en el 2015 cubrirá todas las ciudades de nivel prefectoral o superior. Tenemos que llevar adelante la construcción ecológica; implantar y perfeccionar el mecanismo de compensación ecológica; impulsar la protección y la rehabilitación de los ecosistemas; consolidar los frutos obtenidos en la conservación de los bosques naturales, en la devolución de tierras labrantías a la silvicultura y la praticultura, y en la restitución de áreas de pastoreo a esta última; intensificar la restauración ecológica de prados; desplegar enérgicamente la repoblación forestal; propulsar el control de la desertificación y de la degeneración en pedregales, así como el tratamiento de los campos de cultivo ubicados en laderas; y proteger estrictamente las cabeceras de los ríos, los humedales, los lagos y otras importantes zonas ecológicas funcionales. Reforzaremos la capacidad de adaptación a las alteraciones del clima, en particular la de hacer frente a los incidentes provocados por condiciones climáticas extremas, y mejoraremos la capacidad de prevenir y reducir los desastres. Ateniéndonos al principio de responsabilidad común pero diferenciada y al de equidad, promoveremos de modo constructivo el proceso de las negociaciones internacionales para responder al cambio climático. Con nuestras acciones hemos de demostrar al mundo que China no va en absoluto a crecer económicamente a expensas del entorno ecológico y de la salud del pueblo, y que, sin lugar a dudas, seremos capaces de abrir un camino de desarrollo civilizado conducente al fomento de la producción, una vida holgada y un buen medio ambiente.
Impulso del desarrollo económico coordinado de las regiones. Es imperativo llevar a la práctica la estrategia general del desarrollo regional y el programa de zonificación por funciones prioritarias, poner plenamente en juego las peculiaridades y ventajas de cada lugar, y elevar en mayor medida el nivel tanto de la coordinación del desarrollo regional como de la equidad en el acceso a los servicios públicos básicos. Debemos aplicar concienzudamente las políticas y medidas de la explotación del Oeste a gran escala para el nuevo decenio, intensificar la ejecución de la estrategia de despegue de las regiones centrales, impulsar de forma acelerada la revigorización del Nordeste y otros viejos centros industriales, y respaldar activamente a las regiones orientales en el cambio de su modalidad de desarrollo, para poder participar en niveles más elevados de la competencia y la cooperación internacionales. Redoblaremos el apoyo a las antiguas bases revolucionarias, las áreas de minorías étnicas, las zonas fronterizas y las regiones pobres. Aprovecharemos aún mejor el importante papel de pioneras y experimentadoras de la reforma y la apertura que desempeñan las zonas económicas especiales, así como la Nueva Zona de Pudong, en Shanghai, y la de Binhai, en Tianjin. Hemos de elaborar y poner en práctica una estrategia de desarrollo marítimo para impulsar el desenvolvimiento de la economía marina. Potenciaremos y mejoraremos los mecanismos de cooperación transregional, eliminaremos las barreras del mercado, impulsaremos la movilidad de los elementos de producción, orientaremos el desplazamiento ordenado de las industrias y propulsaremos la interacción benéfica y el desarrollo coordinado económicos de las regiones.
Impulso activo y prudente de la urbanización. Ateniéndonos a la ley del desarrollo urbano y partiendo de la realidad de cada lugar, hemos de promover el desenvolvimiento coordinado de las ciudades grandes, las medianas, las pequeñas y los pequeños centros urbanos. Conforme a la capacidad de aguante en materia de recursos, medio ambiente y población, debemos optimizar la distribución a nivel nacional de las fuerzas productivas para formar un sistema urbano racional y una configuración demográfica acorde con la envergadura del territorio nacional, la distribución de los recursos y el potencial de desarrollo. En todo tipo de ciudades hay que consolidar la base económica, crear oportunidades de empleo, perfeccionar las infraestructuras, mejorar el hábitat, fortalecer la administración y los servicios, y elevar la calidad y el nivel de la urbanización. Tenemos que atribuir mayor importancia a la conversión ordenada en habitantes urbanos de los trabajadores emigrados del campo que tienen un empleo estable y viven en centros urbanos; flexibilizar los requisitos para la fijación de la residencia en ciudades pequeñas y medianas; y orientar de forma racional los desplazamientos poblacionales, de modo que más mano de obra rural sobrante pueda trasladarse a ciudades cercanas para buscar empleo. Prestaremos mayor atención humana y servicios a estos trabajadores, esforzándonos por resolver los problemas reales con que tropiezan en el servicio al empleo, en la seguridad social, en el acceso de sus hijos a los jardines de infancia y a la escuela, y en el alquiler o la compra de viviendas, y extendiendo gradualmente a ellos la cobertura de los servicios públicos urbanos básicos. Hemos de prestar cuidados y atención a los niños, las mujeres y los ancianos que permanecen en casa, con miras a que los campesinos puedan vivir felices y libres de toda preocupación, tanto si se trasladan a la ciudad como si se quedan en su tierra natal.