Donna Simpson, de 42 años, tiene un peso de 273 kilos. Mantiene el récord Guinness por ser la “madre más gorda” del mundo. No obstante, está todavía insatisfecha y quiere convertirse en la mujer más gorda del mundo dentro de dos años.

Aun cuando Simpson, provieniente del estado norteamericano de Nueva Jersey, se viste con trajes de la talla XXXXXXXL y se desplaza en un pequeño coche eléctrico para ir a la compra, insiste en que tiene un cuerpo saludable.

“Me gusta comer sushi, lo único es que puedo comerse 70 grandes piezas de sushi de una vez. Me encantan los pasteles y el dulce, y los donuts son mis favoritos”, dijo.

En 2007, Simpson, con la asistencia de 30 médicos, dio a luz a una niña. En ese momento, pesaba 241 kilos y logró el título Guinness de la “madre más gorda” del mundo.

Hoy día, Simpson debe descansar un poco al moverse cada seis metros. Pese a esto, quiere engordar. “Quiero llegar a las 1.000 libras (453,6 kilos)”, dijo Simpson; “Es un poco difícil, porque correr detrás de mi hija me hace perder peso”.

El problema de sobrepeso de Simpson puede datarse desde su niñez. Su madre preparaba gran cantidad de comida, incluyendo piscolabis y alimentos con muchas calorías.

Simpson recuerda que “darnos comida era una forma para expresar su amor hacia nosotros, y deseaba que comiéramos mucho…. No permitía ningunas palabras maliciosas de los demás sobre nuestro peso, y disputaba con los médicos que le decían que la gordura es peligrosa”.

A la edad de nueve años, el peso de Simpson ya alcanzabam los 82,6 kilos.