Doje Cezhug, alcalde de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, afirmó ayer lunes a Xinhua que la condición de la ciudad ha regresado a la normalidad, tras los violentos disturbios del pasado viernes.
Según el mandatario local, los asesinatos, saqueos, incendios, y destrozos llevados a cabo por un número reducido de alborotadores, perturbaron el orden social y supusieron una severa amenaza para la seguridad de las vidas del pueblo y sus propiedades en Lhasa.
Con el fuerte liderazgo del gobierno central, la oportuna acción de la administración regional, así como los esfuerzos conjuntos del pueblo, se ha recuperado el orden normal de la producción y la vida en Lhasa, subrayó el alcalde.
El tráfico en las principales avenidas de Lhasa se había normalizado en su totalidad en las primeras horas de ayer lunes. Los órganos gubernamentales, negocios, escuelas, y los principales mercados de productos agrícolas también han estado operando de forma normal, agregó.
Además, las autoridades locales están distribuyendo artículos de auxilio a los ciudadanos y pequeños comerciantes que sufrieron graves pérdidas en los disturbios.