La cifra de muertos a causa de los disturbios ocurridos ayer viernes en la ciudad de Lhasa ascendió de siete a diez, informó hoy el gobierno de la región autónoma china del Tíbet, de la cual Lhasa es capital.
Las víctimas incluyen a dos empleados de hotel y dos dueños de tiendas. De acuerdo con reportes, algunos de los participantes en los disturbios asesinaron a dos hombres de negocios con rifles de doble cañón.
"Todas las víctimas eran ciudadanos inocentes, y la mayoría de ellas murieron calcinadas", afirmó un funcionario del gobierno regional.
No se han registrado muertos ni heridos entre los extranjeros que se encontraban en la ciudad, informó un funcionario de la oficina de asuntos exteriores del gobierno regional. "No hemos recibido ningún informe sobre muertos o heridos entre los extranjeros en las golpizas, destrozos, saqueos, e incendios ocurridos ayer viernes", dijo el funcionario.
La policía armada en Lhasa ha rescatado a más de 580 personas, incluidos tres turistas japoneses, de los bancos, supermercados, escuelas, y hospitales que fueron incendiados por los violentos saboteadores, dijeron fuentes del gobierno del Tíbet.
Según las autoridades, se registraron más de 160 focos de incendios, incluidos 40 de grandes proporciones, después de la ola de acciones violentas que azotó a la capital tibetana.
Las autoridades de Lhasa publicaron ayer viernes una carta pidiendo a los ciudadanos apoyar al gobierno en sus esfuerzos por controlar a los participantes en los hechos de violencia "con apego a la ley".
"Los cuadros, obreros, y habitantes de Lhasa han de tener un buen entendimiento de la situación actual, y adherirse a los esfuerzos en la lucha contra las actividades separatistas en todas sus formas", dice el documento.
"Manténganse alejados de las acciones en contra de la ley que buscan causar perturbaciones sociales y perjudicar los intereses de las grandes mayorías, y protejan a conciencia la estabilidad social y sus propios derechos legítimos; apoyen la lucha del gobierno contra todas las formas de actividades criminales, para que juntos podamos mantener la harmonía y la estabilidad en el Tíbet", concluye la misiva. Fin