Las autoridades judiciales de China tratarán de manera adecuada, y con apego a la ley, a los participantes en los hechos de violencia ocurridos en Lhasa ayer viernes, afirmó hoy Sun Qian, subfiscal general de la Fiscalía Popular Suprema.
Los disturbios ocurridos en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet (suroeste de China), fueron provocados por "un puñado de monjes" y fueron "una conspiración tramada por la camarilla del Dalai para separar al Tíbet de China y sabotear la vida normal, armoniosa y pacífica que disfrutan los ciudadanos del Tíbet", señaló Sun.
"Los disturbios tienden a calmarse", dijo el fiscal en una rueda de prensa celebrada en el marco de la actual sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN, parlamento).
Las autoridades encargadas de la ejecución de la ley en la región autónoma del Tíbet emitieron este sábado un comunicado en el que exigen a los participantes en los disturbios que pongan fin a sus actividades criminales, al tiempo que señalan que tratarán con indulgencia a aquellos que se entreguen.
Según fuentes oficiales locales, el número de muertos en los disturbios ha llegado a diez, todos civiles inocentes, incluidos dos empleados de hotel y dos dueños de tiendas, y la mayor parte de las víctimas murieron calcinadas.
Durante la misma conferencia de prensa de la APN, Zhang Jun, vicepresidente del Tribunal Popular Supremo, afirmó que la Constitución de China garantiza a los ciudadanos de ese país la libertad de expresión.
Los comentarios de Zhang tuvieron origen en la pregunta de un periodista estadounidense, quien inquirió si los tibetanos que han descrito los disturbios en Lhasa a los medios de información extranjeros y han criticado los Juegos Olímpicos serán objeto de acciones penales.
"No hay duda alguna en el sentido de que los ciudadanos tienen el derecho de expresar sus ideas bajo el sistema legal, lo que incluye sugerencias para el gobierno pero también críticas para el mismo. Esos derechos están protegidos por la ley y la Constitución ", sostuvo Zhang.
Está bien que la gente critique los preparativos para los Juegos Olímpicos o exprese sus inconformidades, agregó.
"Sin embargo", aclaró, "la libertad de expresión no significa que usted no será castigado por calumniar e insultar a otras personas". Fin