Debido al impacto del clima peculiar
de la meseta Qinghai-Tíbet y a la actividad humana intensificada,
la tasa de cobertura vegetal es baja, el suelo se ha desertizado y
degenerado en grado serio y el sistema ecológico se ha vuelto muy
precario en la mayor parte de la cuenta del río Yarlung Zangbo.
Así, la región autónoma del Tíbet ha establecido una reserva
especial de protección ecológica en el lugar de nacimiento de dicho
río, colocando bajo protección el glaciar Gyema Yangzoin allí y la
cobertura vegetal en el curso superior del mismo río. El curso
medio del Yarlung Zangbo es la zona más poblada del Tíbet, donde
están concentradas la industria y la agricultura, pero es también
es la zona que sufre mayor desertización y pérdida de suelo y agua.
El gobierno regional ha señalado esta área como zona de fomento
ecológico y, desde principios de los 1990, ha tomado medidas
biológicas y medidas dedicados a proyectos para la plantación de
árboles y hierbas a gran escala, con el fin de prevenir y fijar la
arena, poner coto a la desertización en las tierras del curso medio
del Yarlung Zangbo y revertir la pérdida de suelo y agua.
El desarrollo económico constante ha
traído a la agenda el saneamiento y protección del medio ambiente.
En 2004 el gobierno regional exigió a 15 empresas prioritarias
cumplir con los estándares de emisión en plazos fijos. Estas
empresas, incluidas la Planta Eléctrica Geotérmica Experimental de
Yangbajain y la Fábrica de Cemento de Lhasa, generan el 80% de la
contaminación industrial causada por las aguas servidas y los gases
residuales emitidos en el Tíbet.
Gracias a los esfuerzos del gobierno
regional, el Tíbet --“techo del mundo”-- sigue siendo una de las
regiones menos contaminadas en el mundo no obstante la creciente
contaminación global, y su flora supera de largo los estándares de
pureza estatales y está casi libre de la contaminación. Hasta la
fecha no se han descubierto lluvias ácidas ni la contaminación
radiactiva en el Tíbet. La supervisión ambiental muestra que el
volumen de emisión de gas residual, aguas servidas y desechos
sólidos por la industria local es muy reducido. En Lhasa, centro
político, económico y cultural del Tíbet con una población
relativamente compacta, la industria genera el 90% de ese volumen
de emisión total de la región. Pero a pesar de ello, Lhasa sigue
siendo la ciudad menos contaminada y de mejor calidad ambiental en
China.
El aire en el área del monte
Qomolangma alcanza el estándar de primera clase estipulado en los
Estándares Ambientales de Calidad del Aire. En el Tíbet nunca ha
caído lluvia ácida alguna ni ha ocurrido accidente de contaminación
ambiental por fuentes de contaminantes. En ningún año se han
descubierto sustancias peligrosas o desechos radiactivos en los
desperdicios sólidos.
Con el propósito de prevenir los
daños de las basuras urbanas y los desechos sólidos industriales al
medio ambiente, el Tíbet ha intensificado la supervisión e
inspección del arreglo de los desechos resultantes de la atención
médica en los hospitales importantes. En 2004 se comenzaron a
construir el Centro de la Región Autónoma del Tíbet para el Arreglo
de Desechos Peligrosos y el Almacén de Desechos Radiactivos de la
Región Autónoma del Tíbet. En 2006 se establecerán sendos centros
de arreglo de desechos derivados del tratamiento médico en las seis
prefecturas. Así, se reglamentarán gradualmente la supervisión y
control de los desechos peligrosos, médicos y radiactivos, con
vistas a reducir su cantidad, convertirlos en recursos y hacerlos
inocuos.
Los ríos Yarlung Zangbo,
Jinshajiang, Nujiang y Lancangjiang, que son los más importantes
del Tíbet, mantienen su agua en estado de buena calidad en los
tramos principales. Las áreas aledañas a los más de 1.600 lagos de
la región están libres de la contaminación y siguen en estado
primitivo. Los lagos más extenso del Tíbet, el Nam Co y el Yamzho
Yumco, cumplen el estándar de agua limpia de primera clase aunque
no falta allí actividad humana.
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