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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2015 | Editor: Claudia Leng [A A A]

Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

Palabras clave: Libro blanco: Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo

En 1950, Ngabo Ngawang Jigme, originalmente el kalon del gobierno local del Tíbet, después vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de la República Popular China, envió un telegrama al Kelsa para comunicar la situación de Qamdo: “Debido al caos, el pueblo no tiene medio como subsistir. Aquí en algunos dzong (distritos) tan solo siete u ocho familias tienen comida, las restantes viven de raíces de plantas. Los mendigos van en grupos. El ambiente es escalofriante.”

Gran cantidad de datos demuestran que a mediados del siglo XX, el viejo sistema del Tíbet ya llegó a su fin. Ngabo Ngawang Jigme recordaba: “Recuerdo que en la década de los 40, charlé con amigos de corazón en varias ocasiones sobre la crisis de la vieja sociedad (sistema) del Tíbet. Todos consideraban que de continuar con la vieja manera, no haría falta mucho tiempo, los siervos morirían todos, los aristócratas tampoco encontrarían modo como subsistir y toda la sociedad tibetana se arruinaría.”

En la década de 1950, en la mayoría de los países y regiones del mundo ya se había materializado la separación entre el gobierno y la religión, pero el Tíbet de entonces continuaba practicando este sistema atrasado, impidiendo seriamente el desarrollo y el progreso de la sociedad tibetana y haciendo que el Tíbet se fuera alejando cada vez más de la civilización contemporánea. Después del siglo XIX, numerosos países y regiones levantaron movimientos destinados a abolir el esclavismo; el Reino Unido, Rusia, EE.UU. y otros países anularon uno tras otro el esclavismo. En 1807, el Parlamento británico aprobó una ley que prohibía a los barcos del país participar en el tráfico y transacción de esclavos. En 1861, el zar ruso Alejandro II ratificó formalmente un decreto y manifiesto que anulaban la servidumbre. En 1862, el presidente norte-americano Abraham Lincoln emitió la Proclamación de Emancipación y en 1865 el Congreso estadounidense aprobó la Decimotercera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, anulando oficialmente la esclavitud. En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Manifiesto sobre los Derechos Humanos, el cual establece: Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas. A mediados del siglo XX, cuando apenas había huellas de esclavitud, el más grande baluarte de la esclavitud del mundo seguía atrincherado en el Tíbet de China, lo cual no solo obstaculizaba el desarrollo y el progreso de la sociedad china, sino también constituía una vergüenza a la civilización, el conocimiento intuitivo y la dignidad humanos.

Tras la fundación de la Nueva China y a medida del desarrollo y progreso de la sociedad china, entre finales de la década de 1950 y comienzos de la década de 1960, el viejo sistema del Tíbet fue totalmente cancelado. Sin embargo, la camarilla del Dalai XIV se movía contra la corriente de la historia; en vez de reflexionar sobre la oscuridad y la crueldad del sistema teocrático del viejo Tíbet, mantenía nostalgia y soñaba con trasladar algún día de nuevo al Tíbet ese tipo de sistema. Respecto a ello, los documentos concernientes de la camarilla del Dalai XIV llevan registros claros. La Constitución Democrática del Futuro del Tíbet (proyecto), elaborada en 1963, dice: “Sobre la base del espíritu del dharma budista enseñado por el Buda, el Tíbet establecerá un país democrático y unificado”. La Constitución de los Tibetanos Exiliados elaborada en 1991 establece: “El futuro político del Tíbet será fundar una república federal democrática que integre el gobierno y la religión, libre y estable, persistiendo en la base del principio de no violencia”. Los Objetivos Esenciales del Régimen Guberna- mental y Constitución Futuros, elaborados en 1992, estipulan la “complementación gobierno-religión” como naturaleza política del futuro Tíbet. En la Carta de los Tibetanos Exiliados modi-ficada en 2011 se estipula: la política del futuro Tíbet será la “teocracia”.

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