Policías y soldados del Ejército Popular de Liberación patrullan durante estos días las calles de la capital regional para garantizar que no se vuelvan a repetir incidentes de consecuencias fatales como los que sucedieron el año pasado. Los residentes de Lhasa esperan que este período delicado termine pronto y en paz.
Durante cinco décadas, marzo ha sido un mes lleno de acontecimientos para los tibetanos.
Cuando estallaron los disturbios en Lhasa en marzo de 1959, Shagakhamtrulm Yeshepeldan tenía 20 años y había sido un buda viviente durante seis años en el monasterio Drepung, en la periferia del oeste de la ciudad. Aterrorizado por los monjes armados que le rodeaban y los disparos que se oían a lo lejos desde el centro de Lhasa, decidió seguir al XIV Dalai lama a la India.