La principal característica del edificio Huanji es su gran capacidad de resistencia a los terremotos. Según datos históricos, el 13 de febrero de 1918 un fuerte sismo de 7 grados sacudió la zona de Yongding. La catástrofe creó una fractura de tres metros de y 20 centímetros de ancho en una pared de esta construcción. Pero la grieta se fue cerrando automáticamente después del temblor, hasta quedar como una rendija del ancho de un cabello. Después de visitarlo, un viajero japonés expresó, “ojalá este tulou hubiera sido construido en Tokio”.
En el distrito de Nanjing, en la zona montañosa del sur de Fujian, se pueden encontrar los tulous en los campos de cultivo, a la orilla de los arroyos y al pie de las montañas. No son brillantes ni lujosos, pero tienen un carácter sencillo y tranquilo. Un arqueólogo japonés los definió como un “ovni caído del cielo y seda crecida de la tierra”.
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