Esperanzas de la revigorización
Mientras tanto, algunos fabricantes han tomado sobre sí la responsabilidad de labrar de nuevo las marcas chinas de seda. Un ejemplo es Wu Lifeng, quien se ha ajetreado por ello desde hace más de diez años. “Ahora, menos personas me dan con la puerta en la nariz”, dice sonriendo, pero que añade que “tan sólo diez años atrás nadie me escuchaba y ahora, por el contrario, ya hay empresas listas para hacer marcas propias”. Wu compara la seda china con el león durmiendo. “Una vez que despierte, estallará con una fuerza incontrolable de la vida”.
Cathaya es una marca china de seda nueva que ha salido airosa y sus ventas ocupan el 20% del mercado nacional. Wu apunta con expectativa: “La creación de marcas chinas empezará sin problema si nuestras empresas de seda transfieren a ello parte de su afán por producir con marcas extranjeras para cultivar el mercado de consumo nacional”.
Ahora su deseo ha tenido esperanzas. Su propia compañía, la Kaili, en colaboración con el Grupo Kaidi, dio a luz el primer libro hecho en seda en el mundo. En 1998 este libro, Arte militar de Sun Zi, fue obsequiado al Presidente estadounidense Clinton, que estaba de visita en China. Luego, en cooperación con la Compañía Zhongchuang, la Kaili desarrolló los libros de seda Treintiséis estratagemas, Apellidos del pueblo y Vaso de cereza de oro, muy aplaudidos por el público.
A finales de agosto último, la primera tienda china de seda de alta categoría con la inversión de la Kaili se abrió en la Tienda de la Amistad de Beijing, no lejos de la famosa calle de seda Xiushuijie. La elección de esta sede da mucho que pensar. En el establecimiento están presentes 16 empresas chinas máximas de productos de seda de alta categoría. Wu dice confiada: “Deseamos enseñar a los clientes qué es la seda auténtica de China”. “Estos años ha sido demasiado difícil desarrollar marcas chinas”, agrega. Pero piensa que restituir la seda china a su estatus histórico es la obligación de las personas de esta generación incluida ella misma.
Con anhelo esperamos que un día la seda china conquiste su gloria de nuevo.