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2005

Libertad de credo

La libertad de creencia religiosa es una política estatal básica. La Constitución china prescribe: “Los ciudadanos de la República Popular China tienen libertad de profesar creencias religiosas. Ningún organismo del Estado, grupo social o individuo puede obligar a un ciudadano a profesar, o no profesar religión, ni tampoco discriminar a los ciudadanos creyentes o no creyentes. El Estado protege las actividades religiosas normales”.

La fe religiosa de todos en el viejo Tíbet era en realidad un fenómeno social anormal causado por el régimen de integración de los poderes político y religioso y constituía una forma de violación de los derechos humanos durante el gobierno de la servidumbre feudal. En esa época la gente no tenía prerrogativa siquiera sobre su propia existencia, para no hablar ya de derechos a las creencias religiosas.

Como parte del proceso de reforma democrática del Tíbet, se abolió la servidumbre feudal, se liquidaron los privilegios de los monasterios y monjes de capa superior y el sistema de opresión, a la vez que se protegieron los derechos a las creencias religiosas de los bonzos y laicos. Los monjes se mantuvieron en los templos luego de la reforma democrática, recibiendo adecuada atención para la vida, mientras que las actividades religiosas de los bonzos y laicos fueron debidamente protegidas. Gracias a la aplicación de la reforma democrática, las masas populares han logrado la libertad personal verdadera y de fe. Hoy tienen libertad de ser monjes y éstos tienen libertad de pasar a la vida secular. En los monasterios, los monjes y monjas, mediante elecciones democráticas, han establecido la administración democrática o el grupo de administración democrática, manejando de manera independiente los asuntos religiosos y poniendo en práctica las actividades budistas. Conforme a las estadísticas, en la actualidad el Tíbet cuenta con 46.000 monjes y monjas, lo que representa 2 por ciento de la población regional. Los monjes y monjas aprenden los sutras, discuten sobre los mismos, ofrecen ceremonias de rociado de agua en la cabeza y de aceptación de los artículos de abstinencia, oran por los creyentes y por los muertos, bendicen a los creyentes frotándoles en la cabeza, etc. A la par, en conformidad con la voluntad del personal religioso patriótico de capa superior y las amplias masas de monjes y laicos, atendiendo asimismo a las necesidades de realizar las actividades religiosas, se ha declarado a un grupo de monasterios importantes como reliquias culturales bajo protección estatal y regional.

Hoy en día los creyentes tibetanos gozan de plena libertad para tener nichos y salas de oración pequeñas en casa, y visitar monasterios, montañas sagradas y lagos sagrados, rondar por las montañas sagradas, hacer girar cilindros de sutras, depositar ofrendas, recitar sutras, entre otras actividades. Por todas partes del Tíbet hay pendones de sutras colocados por hombres y mujeres devotos, montículos de piedras grabadas con conjuros, así como creyentes que viajan en peregrinación, dando vueltas a los cilindros de sutras o avanzando postrados con la frente en el suelo dentro y fuera de los templos famosos. Se calcula que cada año un millón de creyentes visita el Monasterio Jokhang en Lhasa, para venerar al Buda y encender varillas de incienso en su honor. Las costumbres y hábitos de color religioso relacionadas con el casamiento y los funerales reciben pleno respeto. Las fiestas, a saber, la Asamblea de Exhortación Búdica celebrada en Lhasa y la ronda de la montaña sagrada Zari en el año del caballo (según el calendario lunar chino) y la del lago Nam Co en el año de la cabra, se llevan a cabo normalmente todos los años.

Se ha recuperado el sistema de reencarnación del buda viviente, peculiar del budismo tibetano, como la implementación total de la política de las creencias religiosas. En 1992, el Gobierno Popular Central aprobó la sucesión del Buda Viviente Karmapa XVII. En 1995, según los rituales religiosos y la institución histórica del budismo tibetano, la región autónoma del Tíbet, con la ratificación del Consejo de Estado, cumplió la búsqueda y confirmación del niño de alma reencarnado del Panchen X y el nombramiento y la entronización del Panchen XI después del proceso del sorteo de fichas de la urna de oro. Actualmente un grupo de budas vivientes ratificados por el gobierno surgen en los locales de diversas actividades religiosas.

Creación de institutos de budismo

En 1983, la Filial en el Tíbet de la Asociación de Budismo de China, con apoyo financiero de la región autónoma, fundó el Instituto de Budismo del Tíbet y abrió clases para el estudio de sutras en algunos monasterios de diferentes sectas. Ahora, más de 3.000 monjes estudian en dichas clases. Además, cada año se realizan actividades a gran escala para analizar los sutras y escuchar prédicas de monjes virtuosos.

A la vez, cada secta recomienda y envía anualmente cierto número de Budas Vivientes, monjes superiores y administradores monásticos, a recibir preparación avanzada en el Instituto Superior de Budismo Tibetano de China en Beijing.

El Instituto Superior de Budismo Tibetano de China fue establecido en Beijing en septiembre de 1987, de acuerdo con la propuesta del Panchen X y Zhao Puchu, entonces Presidente de la Asociación de Budismo de China, y con la aprobación del Consejo de Estado. La sede del instituto se encuentra en el Templo Xihuang, en la calle An Ding Men Wai, donde se alojaron el Dalai Lama V y el Panchen VI cuando fueron a la audiencia del emperador de la dinastía Qing (1644-1911). Sus estudiantes son Budas Vivientes reencarnados y algunos pocos monjes procedentes de los monasterios del budismo tibetano de diversos lugares del país. El instituto enseña principalmente clásicos budistas y orígenes de las sectas del budismo tibetano. La duración de los estudios varía de dos a tres años, dependiendo de las materias docentes y del nivel de los educandos. Por ahora el instituto prepara estudiantes de corta carrera, pero procederá a preparar estudiantes de facultad y postgrado. Hasta el momento, el Instituto Superior de Budismo Tibetano de China ha aceptado 10 grupos de estudiantes, de los cuales se han graduado más de 300 monjes superiores. En 2004, el Instituto Superior de Budismo Tibetano de China reanudó el sistema de grados académicos y aceptó a estudiantes. En 2005, 27 monjes procedentes de una docena de monasterios de las sectas Gelug y Sagya tomaron el examen en el Tíbet, cuyas materias son la teoría y la filosofía del budismo tibetano. A través de las oposiciones orales, cuatro de ellos fueron aprobados y pasaron a estudiar al Instituto Superior de Budismo Tibetano de China.

En los últimos años, la filial tibetana de la Asociación de Budismo de China ha organizado delegaciones de personalidades religiosas para visitar el extranjero en muchas ocasiones, con el fin de hacer investigaciones e intercambios académicos, y han atendido a grupos e individuos en peregrinación, visita o investigación, llegados de decenas de países, en una proporción de 10.000 personas-veces.  


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