Aparte de telas, en el museo de Lu Ruixing también se exponen documentos. Una visitante llamada Jiangqi nos comentó lo siguiente:
"El desarrollo social y la mecanización han ido arrinconando la finas telas hechas a mano. Al ver estas piezas, nos sentimos orgullosos de la sabiduría y la habilidad de nuestros antepasados."
Aunque el museo de Lu Ruixing abrió sus puertas hace solo medio año, ha atraído a numerosos visitantes chinos, así como a especialistas en artesanía que vienen aquí desde EE.UU., Japón, Australia, Gran Bretaña, Alemania y Corea del Sur para aprender e intercambiar opiniones.
Carol Santland, doctora de la Universidad de California, EE.UU., ha visitado el museo tres veces, ha incorporado los documentos sobre este museo en su curso y ha recomendado a sus alumnos de maestría que lo visiten:
"Me alegro mucho de poder ver algo que no existe en los EE.UU. y que no sabía ni que existiera fuera de mi país."
La entrada al museo de Lu Ruixing es gratuita. Su mayor deseo, avivado por el convencimiento de que esta artesanía nacional pertenece a todo el mundo, es conservar esta parte de la cultura popular china para las próximas generaciones