III. LABORES PARA EL 2011
El 2011 es el año del inicio del XII Plan Quinquenal, por lo que una realización exitosa de las labores de este año reviste vital importancia para el cumplimiento de las diversas metas y tareas incluidas en él. En el año transcurrido, obtuvimos grandes logros en todos nuestros trabajos. El PIB aumentó un 10,3%; se consiguió mantener el alza del índice de precios al consumidor en un 3,3%; se crearon 11,68 millones de empleos en las zonas urbanas; y la situación de la balanza de pagos mejoró en cierta medida, con todo lo cual se sentó una base favorable para llevar a buen término la labor del presente año.
Este año, el desarrollo de nuestro país se enfrenta todavía a una situación muy complicada. La economía mundial seguirá recuperándose con lentitud y sobre una base precaria. Las economías desarrolladas, cuya fuerza de crecimiento es escasa, están rodeadas de dificultades para reducir su elevada tasa de desempleo y los riesgos latentes de la crisis de la deuda soberana de algunos países aún no han desaparecido. Las principales economías desarrolladas impulsan en mayor medida una política monetaria laxa; la liquidez mundial aumenta en gran volumen; las fluctuaciones de los precios de los productos básicos en el mercado internacional y de los tipos de cambio de las principales monedas se agravan; en los mercados emergentes, las burbujas de bienes y la presión inflacionaria se incrementan; el proteccionismo continúa creciendo; la competencia en el mercado internacional es cada vez más enconada; y los factores de inestabilidad e incertidumbre siguen siendo numerosos. En el funcionamiento económico de nuestro país, ciertos problemas a largo plazo se entrelazan con otros a corto plazo y las contradicciones institucionales se superponen a los problemas estructurales, lo que aumenta la dificultad de ejercer el macrocontrol. Debemos juzgar acertadamente la situación, mantener la mente despejada y fortalecer la concienciación sobre posibles adversidades, con el propósito de realizar bien los preparativos para afrontar riesgos.
Los principales objetivos fijados para el desarrollo económico y social durante el año en curso son los siguientes: aumentar el PIB en alrededor del 8%; optimizar en mayor medida la estructura económica; mantener el alza del nivel general de precios al consumidor en torno al 4%; crear más de 9 millones de puestos de trabajo y mantener la tasa del desempleo registrado en no más del 4,6% inclusive en las zonas urbanas; y seguir mejorando la situación de la balanza de pagos. Nuestras consideraciones consisten en términos generales en conseguir un buen entorno para el cambio de la modalidad del desarrollo económico y orientar a los diversos sectores para que desplacen el centro de gravedad de su trabajo a la aceleración del reajuste estructural de la economía y el aumento de la calidad y la rentabilidad del desarrollo, así como al incremento del empleo, la mejora de las condiciones de vida del pueblo y la promoción de la armonía social.
A fin de alcanzar los mencionados objetivos, hemos de preservar la continuidad y la estabilidad de las políticas macroeconómicas,elevar su especificidad, flexibilidad y eficacia, tratar bien la relación entre el mantenimiento del desarrollo seguro y relativamente rápido de la economía, el reajuste de su estructura y la gestión de las expectativas de inflación, atribuir mayor importancia a la estabilización del nivel general de los precios y prevenir grandes fluctuaciones de la economía.
Aplicación continuada de una política fiscal activa. Vamos a mantener el déficit fiscal y la deuda pública en una magnitud adecuada. Para este año se prevé un déficit de 900.000 millones de yuanes, 700.000 millones de los cuales corresponden al déficit de la hacienda central y 200.000 millones a bonos territoriales emitidos por ésta que se incorporarán a los presupuestos de las haciendas territoriales. El déficit previsto implica una reducción de 150.000 millones con respecto al presupuestado el año pasado, disminuyendo la tasa de déficit hasta alrededor del 2%. Se impone, por un lado, optimizar con empeño la estructura de los gastos fiscales y aumentar los gastos prioritarios, entre ellos los destinados a la agricultura, el campo y el campesinado, las zonas subdesarrolladas, las condiciones de vida del pueblo, los servicios de interés social, el reajuste estructural y la innovación científica y tecnológica; y, por otro lado, reducir los gastos ordinarios, controlar con rigor la construcción de bloques de oficinas, salones de actos, hoteles y residencias de huéspedes de los organismos del Partido y de los gobiernos, y lograr en principio un incremento cero de sus egresos para las giras por el extranjero o fuera de la parte continental, la adquisición y uso de vehículos motorizados, y las recepciones oficiales, disminuyendo así efectivamente los costos administrativos. Proseguiremos con la reducción tributaria estructural. Intensificaremos la recaudación y la administración tributarias conforme a la ley. Someteremos las deudas de los gobiernos territoriales a una auditoría exhaustiva y a una supervisión y control integrales, y estudiaremos la implantación de un mecanismo reglamentado para su obtención de préstamos y financiaciones.