Segundo: hay que mantener la unidad orgánica entre el control gubernamental y el mecanismo del mercado. Tanto un mecanismo perfeccionado del mercado como un macrocontrol eficaz forman parte importante e imprescindible del régimen de economía de mercado socialista. El papel mayor o menor del mercado o del gobierno vendrá determinado por lo que exija la coyuntura. En la resistencia a la embestida de la crisis financiera internacional, fortalecimos y mejoramos el macrocontrol, rectificamos oportunamente las deformaciones del mercado y remediamos sus fallos, evitando así la aparición de altibajos drásticos en la economía. La práctica ha corroborado que lo que hicimos fue totalmente correcto. Tenemos que perfeccionar sin cesar el régimen de economía de mercado socialista, poner en pleno juego el papel básico del mercado en la distribución de los recursos, avivar el vigor inherente a la economía y, al mismo tiempo, utilizar de manera científica el macrocontrol como medio para que la economía se desarrolle de forma prolongada, segura y relativamente rápida.
Tercero: hay que persistir en tomar en consideración tanto la situación nacional como la internacional. Con el desenvolvimiento a fondo de la globalización económica y la profundización continua de nuestra apertura al exterior, la relación entre nuestra economía y la mundial se estrecha cada día más y su interacción e interdependencia se fortalecen constantemente. Hay que adoptar una visión del mundo, reforzar el pensamiento estratégico, saber aprovechar plenamente las oportunidades de desarrollo y hacer frente con prudencia a los riesgos y desafíos a tenor de la evolución y el cambio de la situación internacional, utilizar como es debido los mercados y los recursos tanto nacionales como internacionales, y tratar con una visión de conjunto la relación entre el desarrollo nacional y la apertura al exterior, logrando, en el verdadero sentido de la palabra, tomar en consideración tanto la demanda interna como la externa, y consiguiendo un desarrollo equilibrado.
Y, cuarto: hay que persistir en considerar la reforma y la apertura como la fuerza motriz fundamental del desarrollo económico y social. La reforma y la apertura constituyen el camino ineluctable para que la fortaleza y prosperidad del país y la felicidad del pueblo sean realidades, por lo que se deben aplicar a lo largo de todo el proceso de la modernización socialista. Debemos propulsar la reforma con mayor determinación y coraje, elevar la cientificidad de las decisiones sobre la misma, aumentar la coordinación de las correspondientes medidas e impulsar integralmente la reforma e innovación en los terrenos económico, político, cultural, social, etc., con el fin de eliminar de raíz los obstáculos originados por los regímenes y mecanismos, emancipar y desarrollar al máximo las fuerzas productivas y fomentar la equidad y la justicia sociales. Debemos perseverar en tomar el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo como punto de convergencia para tratar de modo acertado la relación entre la reforma, el desarrollo y la estabilidad, conjugando la intensidad de la reforma, el ritmo del desarrollo y la capacidad de aguante de la sociedad, y fomentando la armonía y la estabilidad mediante la reforma, al objeto de garantizar el que el pueblo viva tranquilo y trabaje satisfecho, el mantenimiento de la paz y el orden social y la estabilidad duradera del país.