Por Nuria Cimini – SPANISH.CHINA.ORG.CN
En diciembre del pasado año, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del SIDA y también con la visita a China del director de ONUSIDA Michel Sibidé, el viceministro de Sanidad chino, Huang Jiefu, anunció que el gobierno del país está dispuesto a derogar este mismo año la ley que desde la década de los ochenta prohíbe la entrada al país de personas portadoras del virus del SIDA. A pesar de que a poco menos de un mes para que dé comienzo la Exposición Universal de Shanghai (para cuya inauguración se esperaba se pudiera haber abolido ya la medida) no parece haber indicios de ningún cambio en la legislación, es de esperar que éste no se posponga más allá de los próximos meses.
Las declaraciones de Huang, según las cuales el gobierno chino considera la medida innecesaria y discriminatoria, y una consecuencia del desconocimiento que en el pasado se tenía en el país sobre la enfermedad, son una muestra más del cambio de actitud de las autoridades chinas hacia la enfermedad. Por otro lado, China no ha sido el único país que recientemente ha adoptado una resolución de este tipo. En enero de este mismo año, Estados Unidos derogó también la ley que impedía la entrada de los seropositivos a su territorio, y, a pesar de que la cifra de países que mantienen este tipo de limitaciones en todo el mundo sigue siendo relativamente alta, concretamente de 57, el hecho de que las dos potencias más poderosas del mundo hayan decidido dar pasos en esa dirección es sin duda positivo y alentador.
En cualquier caso, la impresión es que el gobierno chino está esforzándose en los últimos años por intentar enmendar el error que supuso negar durante años la realidad de la existencia de la enfermedad (China no reconoció tener casos de SIDA entre su población hasta el año 2003), postura que sumió a la población en un peligroso estado de desinformación el cual, ahora está claro, no sólo ha conducido al aislamiento y discriminación de las personas afectadas, sino que también ha contribuido a la propagación de la enfermedad como consecuencia de la falta de medidas preventivas, tanto en el ámbito sanitario como educativo.