El 12 de noviembre de 1987, el primer KFC de China abrió en Qianmen, uno de los barrios de Beijing más animados. Esto levantó un debate sobre si era apropiado abrir un restaurante extranjero de comida rápida enfrente de la plaza de Tian'anmen. Pero la larga cola de clientes que esperaban a las puertas del establecimiento fue la respuesta del público a esta cuestión. En el plazo de diez meses, recuperó el capital invertido y se posicionó como el establecimiento de la cadena con mayor volumen de ventas en todo el mundo. En aquel momento, el salario medio de las personas estaba alrededor de los 100 RMB, lo que hacía que una comida en KFC, que costaba aproximadamente 10 RMB, no resultara en ningún modo barata. Aún así, la gente se lanzó a por la comida rápida americana, y durante una época estuvo de moda celebrar fiestas de cumpleaños e incluso bodas en KFC, ya que suponía de alguna forma la cercanía a la cultura occidental. En 1991, el primer McDonald's de la China continental abrió sus puertas en Shenzhen. Hacia 2007, KFC tenía ya más de 2,000 establecimientos en la China continental, y un año después McDonald's contabilizaba ya más de 1,000. Los restaurantes de comida rápida americanos empezaron a abrir incluso en las ciudades provinciales y no es inusual ver a los agricultores chinos consumiendo sus productos. Las cocinas rusa y francesa, japonesa y coreana, también se han hecho un hueco en China, y muchos supermercados tienen aparadores especiales con productos de importación.
Este cambio en los hábitos alimenticios de los chinos han supuesto un rápido aumento del consumo de carne y grasa y un descenso del consumo de fruta y vegetales. De acuerdo con tres encuestas sobre nutrición realizadas a nivel nacional en los años 1982, 1992 y 2002, el consumo per cápita de carne en China se ha multiplicado por diez de 1961 a 2000. Al mismo tiempo, el estilo de vida moderno ha conllevado un descenso gradual de la intensidad de la actividad física entre la población, y las enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida sedentario en los países desarrollados también se están volviendo comunes entre los habitantes de las ciudades chinas, extendiéndose poco a poco también a las áreas rurales.
La parte positiva es que el consumo de sal por parte de los chinos está decreciendo, en gran parte debido al descenso en el consumo de encurtidos, a pesar de que continúa siendo el doble de los 6 gramos diarios que sugiere la Organización Mundial de la Salud. Muchos gobiernos locales han iniciado campañas de distribución de cucharillas medidoras de sal con el fin de concienciar a la población de la necesidad de disminuir las cantidades que se consumen.
En el siglo XXI, la dieta de los chinos es rica y colorida, y muchos tienen deseos de probar nuevos platos. Las cocinas locales se ponen de moda sucesivamente a lo largo y ancho de país, aunque la cocina de Sichuan, conocida por ser muy picante, es la perenne favorita.
Especialmente después del brote de SARS, la gente ha pasado de valorar si una comida es sabrosa a poner más atención en comer adecuadamente. Los platos elaborados con cereales sin refinar han vuelto a las mesas de los ciudadanos chinos porque son ricos en fibra, mientras que la leche ha pasado de ser un producto de lujo a convertirse en un alimento de consumo diario.
La leche, en particular, está considerada por los chinos como un alimento con funciones mágicas. Está probado que el peso medio de los jóvenes japoneses es mejor que el de los chinos debido al mayor consumo de leche durante la niñez. A principios de los noventa, el consumo medio anual de leche entre los jóvenes chinos era de 2 a 3 kilogramos per cápita. En 2003, el presidente Hu Jintao relacionó el consumo de leche con la mejora de la calidad física de la nación. En 2006, el primer ministro Wen Jiabao dijo por su parte: “Tengo un sueño: que cada chino, especialmente los niños, pueda beber medio litro de leche al día”. En el presente, muchas familias han reemplazado la leche de soya por la de vaca en sus desayunos. El consumo anual per cápita de productos lácteos en las zonas urbanas se ha incrementado de 9.23 kilogramos en 1992 a 24.87 kilogramos en 2007, mientras que en las zonas rurales lo ha hecho de 1.16 kilogramos a 3.52 kilogramos.
En 2001, el Ministerio de Agricultura puso en marcha el Plan de Acción para los Alimentos sin Contaminantes, y en 2004 el estado promulgó las Regulaciones para los Certificados y Administración de Productos Orgánicos. De todos modos, debido a lo elevado de sus precios, los productos orgánicos tuvieron inicialmente muy pocos compradores y la falta de demanda significó una sobreabundancia de estos productos en las estanterías de los supermercados. Después de que los problemas de seguridad alimentaria empezaran a atraer la atención de la gente, la comida orgánica, y en especial las frutas y verduras, se fueron haciendo más y más populares y la gente empezó a gastar más dinero para comprar productos con garantías sanitarias. En abril de 2008, se solicitó la opinión pública sobre el borrador de la Ley de Seguridad Alimentaria. Du Huizhen, presidente de la Sociedad de Nutrición de la provincia de Shandong, remarcó al respecto que "hay un salto cualitativo entre la Ley de Higiene Alimentaria y la Ley de Seguridad Alimentaria".