Adiós al cereal sin refinar y llegada de los productos saludables
El 12 de noviembre de 1987, el primer KFC abrió en Qianmen, uno de los distritos más animados de Beijing.
En los años ochenta, la producción de cereales por persona al año alcanzó los 400 kilogramos, acabando con la historia de escasez de cereal en China. China alimenta ahora al 22 por ciento de la población mundial, al tiempo que posee tan sólo el siete por ciento de la tierra cultivable del planeta.
En cualquier caso, a principios de la década, los alimentos seguían siendo escasos, y el uso de cupones de racionamiento llegó a su punto álgido. Además de los cupones válidos para comida y para aceite de cocina, había cupones específicos para cerdo, vaca, cordero, pollo, pato, pescado, huevos, azúcar, derivados del tofu y todo tipo de vegetales. Los cupones para cereales incluían los válidos para arroz, harina de trigo, cereal no refinado, mijo y patatas. La variedad de cupones que podemos encontrar en esta época estaba directamente relacionada con el aumento y diversificación de la comida disponible.
Zhu Guangrong, que trabajó en la industria de la alimentación en Beijing, recuerda que en aquel tiempo se formaban largas colas en cada mostrador de comida. Incluso el pescado congelado y los caramelos caducados eran productos valiosos que la gente compraba sin ningún tipo de queja. Los llamados “caramelos y pastas de alta calidad” no eran más que caramelos de fruta ordinarios y galletas de nueces que se vendían a 10 RMB el kilogramo. El salario mensual de un trabajador común era de 40 o 50 RMB, a pesar de lo cual estos productos estaban sin embargo muy solicitados.
Durante los fines de semana o a finales de mes, las tiendas de comestibles eran los lugares más concurridos, y largas colas de clientes salían de cada una de ellas. Las estaciones de comestibles eran las responsables de proveer de cereales a los vecindarios y, de acuerdo con las normativas, los ciudadanos podían comprarlos tan sólo en la estación de comestibles que tenían asignada, teniendo que tramitar un cambio de estación si se mudaban a otro barrio. Cuando la gente se desplazaba por motivos de trabajo o visita a otras partes del país, tenían permitido cambiar una cierta cantidad de cupones por “cupones de alimentación universales” presentando un certificado normalmente emitido por sus unidades de trabajo, de modo que podían comprar comida en otros lugares.
Con la reforma económica en las zonas rurales, la producción de cereal de China se fue incrementando continuamente. En 1985, el monopolio estatal se relajó y la distribución de cereales fue reformada, por lo que además de usar cupones para comprar cereales, la gente pudo también empezar a adquirirlos a un “precio negociado”, que era normalmente el doble del de los cupones. Poco a poco, más y más productos pudieron ser adquiridos sin necesidad de cupones, por lo que también había más cupones disponibles y la gente podía intercambiarlos por otros artículos. Por ejemplo, la gente pudo empezar a cambiar cupones por valor de tres kilos de cereales por cupones para un kilo de huevos, o 20 kilos de cupones “universales” por un cuenco pequeño de aluminio.
La diferencia entre los precios fijos, muy bajos, y los precios “negociados” supusieron una pesada carga para el gobierno, mientras que la naturaleza “no transferible” de la mayoría de los cupones dificultó el movimiento de la población. En 1993, el gobierno chino abolió completamente los cupones de racionamiento y levantó los controles sobre el precio del cereal. Desde entonces, los ciudadanos empezaron a consumir cereales de buena calidad, normalmente harina de trigo y arroz, como alimento principal.