Pueblo de Shibanyan

A 500 kilómetros al sur de Beijing se encuentra la antigua ciudad de Anyang, en la provincia de Henan, famosa por ser el lugar donde fueron descubiertas las inscripciones en huesos de animales y caparazones de tortuga de la dinastía Shang (siglos XVI a XI antes de Cristo) conocidas con el nombre de Jiaguwen, que son el primer antecedente encontrado hasta el momento de los modernos caracteres chinos. Allí fue encontrado, también, el trípode de bronce Simuwu, el más grande de este tipo en el mundo, y fue allí también donde los antiguos concibieron el famoso Libro de los Cambios.

Además de todos sus atractivos históricos y culturales, el lugar conserva también un muy bien preservado entorno natural, ideal para relajarse en un viaje corto fuera de la gran ciudad. Una de las más hermosas secciones de las imponentes montañas Taihang, que cruzan China por el norte, se puede observar en los alrededores de la ciudad, y en ella, el monte Linlu, que está considerado como un ejemplo perfecto del tipo de montañas del norte del país. La combinación de la naturaleza y las maravillas creadas por el hombre han hecho de la zona un lugar muy famoso por su atractivo para los visitantes ya desde el siglo quinto.

A pesar de ser un lugar turístico con una larga historia, permanece en buen estado, ofreciendo al visitante sus verdes montañas, las aguas claras de sus ríos y aire fresco. En los últimos años, una base internacional de vuelo sin motor ha sido establecida en la zona, añadiéndole un nuevo pequeño y ecológicamente amistoso atractivo.

El gran canon de Taihang se extiende a lo largo de 50 kilómetros en la zona paisajística del monte Linlu, a través de elevados picos y amplias formaciones rocosas que, formadas hace billones de años, adquieren la forma de espadas colgantes, y que junto con las pequeñas cascadas, manantiales, barrancos y mesetas, forman más de 400 lugares de interés turístico.

Entre los muchos atractivos de la zona, hay tres que atraen especialmente a los turistas: los melocotoneros del valle de los Pétalos de Melocotón, que florecen en mitad del invierno, un lugar conocido como Bingbingbei, de vegetación exuberante y numerosos pozos de aguas termales, que empieza a helarse cada año con la llegada de la primavera y que no se deshiela hasta después de agosto, y, en tercer lugar, una roca rectangular de intenso color púrpura rojizo rodeada de montañas que se conoce como el “Vaticinador en las tierras salvajes” o la piedra del “Cerdo que Llora”. Este segundo nombre se debe a que tiene la forma de ese animal, con la cabeza mirando hacia el oeste mientras que la cola sobresale hacia el este en la tierra bajo las montañas. La parte de la roca que está sobre la superficie tiene un tamaño de unos cuatro metros cúbicos, y está rodeada de leyenda, ya que se dice que produce el mismo sonido de un cerdo siempre que algún evento importante está a punto de suceder.

Además, las cascadas pueden encontrarse a lo largo de todo el cañón, rugiendo en su caída desde las altas cumbres y empapando unas tras otras las plataformas rocosas que encuentran en su camino. La cascada del Pétalo de Melocotón, de 346 metros de altura, es probablemente la más elevada de este tipo en toda Asia.

Por otro lado, contrastando con las ruidosas cascadas, el lago Ping es un remanso de paz. De vez en cuando, un bote crea estelas ligeras que pronto desaparecen en las aguas tranquilas, con el maravilloso telón de fondo de las nubes enroscadas alrededor del monte Linlu en un auténtico paisaje de cuento de hadas.

En el monte Linlu, a 1600 metros sobre el nivel del mar, hay un lugar que ofrece una espléndida plataforma de despegue para disfrutar de la experiencia del vuelo sin motor. Las fuertes corrientes de aire permiten elevar los aparatos voladores hasta los picos cercanos, cubriendo un área de 16 mil kilómetros cuadrados que pueden acoger sin problemas a unos 30 de estos aparatos al mismo tiempo. Además, las competiciones de este deporte se celebran aquí cada año desde 1992.

El canal de la Bandera Roja, una maravilla creada por el hombre en los años 60, está también situada dentro del área paisajística. Los locales trabajaron durante diez años abriendo el imponente canal de 1500 metros de largo en las montañas de Taihang. En cierto lugar, el canal de ocho metros de ancho se bifurca en tres canales principales, cada uno con cientos de ramales secundarios. Gracias a esta fabulosa obra de ingeniería hidráulica, la vida en estas en otro tiempo secas tierras pudo florecer. La apertura del canal en la piedra viva de la montaña promete haber sido una ardua tarea, en la que se cortaron hasta 1250 picos, se abrieron 211 túneles, y se construyeron 152 acueductos y 12.408 edificios.

Hoy, el canal de la Bandera Roja se considera como algo más que un mero ejemplo de obra hidráulica. Es un símbolo de trabajo duro, unidad, devoción y autoconfianza, y representa los esfuerzos incesantes y el espíritu del pueblo chino en la consecución de sus metas e ideales.