Ofrecer el hada (tela de seda blanca) constituye la reverencia más popular e importante de la etnia tibetana, por lo que cuando los tibetanos ofrecen el hada a los visitantes tienen que aceptarlo inclinándose. Además, al entrar en la casa de un tibetano, hay que recordar no pisar el dintel, y cuando el dueño ofrece asiento al visitante, este debe sentarse con los pies cruzados, evitando por todos los medios hacerlo con las piernas estiradas hacia delante. Es también conveniente que el visitante recuerde que los regalos se recogen con las dos manos en el Tíbet.
Al ser invitado a beber, el visitante agradará a cualquier anfitrión si lo hace de acuerdo con el rito tibetano, que consiste en mojar primero el dedo anular con el licor esparciendo el líquido hacia arriba, hacia el frente y hacia abajo en señal de respecto respeto al cielo, los antepasados y la tierra. Seguidamente, beber un sorbo, y después, por dos veces, el anfitrión rellenará la copa, de la que el visitante beberá dos sorbos más.
Se debe tener presente que tocar la coronilla de un tibetano supone una grave ofensa, que sacar la lengua es una muestra de respeto y que no hay que olvidar poner la palabra “la” detrás del nombre al dirigirse a un tibetano como señal de respeto.
Los monasterios son los principales sitios turísticos del Tíbet. En la actualidad, la mayoría de los monasterios que la región abre a los viajeros pertenecen a la doctrina del budismo tibetano, más extendida entre los locales. Normalmente, al hacer girar el cilindro de sutras en los monasterios, es imprescindible caminar en la dirección de las manecillas del reloj. Pero algunos templos del Bon lo hacen en la dirección contraria. No se permite hablar en voz alta ni tocar las sutras budistas con las manos en los templos. Además, los viajeros no pueden grabar videos y hacer fotografías sin el permiso en estos lugares.
Muchos detalles en la vida cotidiana de los tibetanos están vinculados estrechamente con la religión. Por ejemplo, los tibetanos suelen poner las manos juntas frente al pecho en posición de rezo para expresar sus mejores deseos a los huéspedes, y cuando hacen girar el cilindro de sutras, no pocos ancianos tibetanos suelen llevar cabras, animal sagrado en Tíbet, adornadas con seda roja.
