La camarilla del Dalai Lama defiende en repetidas ocasiones: "la posición del Dalai Lama para solucionar la cuestión del Tíbet mediante un diálogo recíproco nunca ha cambiado", "el Dalai Lama ha dejado claro desde tiempo atrás que no busca la independencia de Tíbet y el problema actual es la falta de confianza por parte del gobierno chino". ¿Defiende el Dalai Lama "sin fisuras" un "diálogo recíproco"? ¿Ha abandonado realmente la búsqueda de la independencia del Tíbet? Hechemos un vistazo a algunos hechos históricos.
Para "conmemorar" el levantamiento armado que protagonizó el 10 de marzo de 1959, el Dalai Lama publica un comunicado cada año. A continuación presentamos un análisis de los comunicados del 10 de marzo realizados entre 1960 y 2007.
En doce de los comunicados publicados entre 1960 y 1977, el Dalai Lama insiste en que "histórica y culturalmente, Tíbet es un estado soberano" y en repetidas ocasiones subraya su "postura firme con respecto a este hecho".
Con vistas en su relación con China, Estados Unidos disminuyó su apoyo a la camarilla del Dalai Lama entre 1978 y 1989. Para facilitar sus contactos con el gobierno chino, el Dalai Lama evitó deliberadamente la palabra "independencia" en la treintena de comunicados publicados a lo largo de esos años.
Entre 1984 y 1989, aprovechando el proceso de apertura y reforma iniciado por China, el Dalai Lama vuelve a fortalecer sus actividades secesionistas en Tíbet y otras áreas donde reside población tibetana. A partir de 1984, el Dalai Lama comienza de nuevo a incorporar la "independencia del Tíbet" en sus comunicados, si bien sin la presencia explícita del término "independencia". Tras meditar la cuestión en profundidad, lanza un "plan de cinco puntos para la paz en Tíbet" (en 1987) y "siete nuevos planes" (en 1988) y sugiere una "vía intermedia" cuyo propósito es convertir la independencia en un proceso "disfrazado" y pasar de una independencia abrupta a un proceso paulatino.
Entre 1989 y 1993 tuvieron lugar una serie de incidentes: el desplome de la Unión Soviética, los levantamientos acaecidos en Europa del Este y las dificultades políticas experimentadas por China. Algunos grupos de interés internacionales concedieron al Dalai Lama el Premio Nobel de la Paz. En un análisis equivocado de la situación, el Dalai Lama y su camarilla pensaron que había llegado el momento para la "independencia del Tíbet".
En su comunicado del 10 de marzo de 1990, el Dalai Lama señaló que: "extraordinarios cambios están ocurriendo en Europa del Este: acontecimientos que han marcado el camino para el cambio socio- político en todo el planeta", y proclamó que "la práctica totalidad de los tibetanos no desea otra cosa que la plena independencia".
Desde entonces, no obstante, China ha mantenido la estabilidad y ha logrado un importante avance económico sin sufrir los drásticos cambios que preveía el Dalai Lama. Tras darse cuenta de que una independencia de altos vuelos nunca funcionaría, la camarilla del Dalai Lama modificó su estrategia de nuevo entre 1994 y 2007: redujeron el volumen de sus proclamas independentistas y sugirieron la realización de un diálogo " sincero y concreto" con el gobierno central.
Su argumento era que deseaban "solucionar la cuestión en el marco de la Constitución china", lo que se plasmaría como una propuesta para una "autonomía en alto grado" o una "verdadera autonomía" del "Gran Tíbet" para "una mejor protección de la lengua, la religión y el patrimonio cultural de Tíbet".
En primer lugar, la camarilla del Dalai Lama no ha mostrado una verdadera "sinceridad" ya que continúa organizando grandes protestas contra el gobierno chino, llegando incluso a asaltar embajadas chinas u organizar grupos de fuerza para impedir los preparativos de los Juegos Olímpicos.
En segundo lugar, su "deseo de solucionar la cuestión en el marco de la Constitución china", es únicamente un pretexto. La camarilla del Dalai Lama aún declara que el "plan de cinco puntos para la paz en Tíbet" impulsado en 1987 y "los siete nuevos planes " de 1988 son "directrices políticas fundamentales". Tal propuesta para una "independencia disfrazada" nunca encontrará hueco en la Constitución china.
Finalmente, su pretensión de conservar la unicidad de la cultura tibetana no es más que una retórica destinada a ganar el favor de la opinión pública en la comunidad internacional, que sirve de hecho como herramienta para su "independencia disfrazada".
La historia nos muestra de forma inequívoca que "la posición del Dalai Lama para solucionar la cuestión del Tíbet mediante un diálogo recíproco" no es inamovible como él ha señalado. Cuando consideran que la situación internacional se encuentra a su favor, elevan sus voces por la independencia e incluso amenazan con interrumpir los contactos con el gobierno central y detener las " conversaciones de paz". Cuando la situación es considerada desfavorable, hacen lo contrario. Sus propuestas y estrategias cambian a la luz de la situación internacional, pero lo que permanece inamovible es su intento por dividir China y sus incesantes actividades secesionistas.