La región autónoma del Tíbet todavía
es inaccesible por tren. En febrero de 2001 el Consejo de Estado
aprobó el proyecto del ferrocarril Qinghai-Tíbet (segunda etapa),
el cual se emprendió el 29 de junio del mismo año, con una
inversión de US$3.170 millones del Gobierno Central. El sector de
primera etapa, que va de Xining, capital de la provincia de
Qinghai, al poblado estratégico Golmud en el oeste de la provincia,
mide 845 km de largo, se abrió al tráfico ya en 1984. Para la
segunda etapa, el sector que va de Golmud a Lhasa, capital de la
región autónoma del Tíbet, medirá 1.118 km de largo.
La obra del ferrocarril
Qinghai-Tíbet progresa sin inconvenientes. En la foto, se están
tendiendo rieles.
El ferrocarril Qinghai-Tíbet es una
vía férrea ecológica de nivel mundial. Tan sólo la inversión para
la protección ambiental suma US$242 millones y se dedica
principalmente a proteger las tierras congeladas y su entorno
ecológico, la cobertura vegetal de la altiplanicie, los ríos y
lagos y la fauna silvestre. A fin de proteger a estos animales se
construirán 13 conductos de paso especiales y un número de puentes
elevados para su mudanza a lo largo de la línea férrea, lo cual es
una iniciativa sin precedentes en los anales de construcción
ferroviaria.
En 2004 se empezó a tender rieles
del ferrocarril Qinghai-Tíbet en Tíbet. El Estado asignó 6.200
millones de yuanes para la construcción en el año. Los trabajos
prioritarios son el sector que atraviesa las montañas Tanggula y un
puente supergrande sobre el río Lhasa, y para el propósito se
tenderán 340 km de rieles.
Se planea tender rieles de este
ferrocarril hasta Lhasa a finales de 2005, completar el proyecto a
finales de 2006 y poner toda la línea en operación formal en
2007.
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