1. Actual situación económica y fiscal del país
En 2009 el desarrollo económico del país afronta severos desafíos y, a la vez, implica importantes oportunidades. Aún se está extendiendo la crisis financiera internacional, aparecen solapados la desaceleración del crecimiento económico global y el reajuste económico cíclico en el país, y entrelazadas las dificultades de corto plazo con las contradicciones de largo alcance, todo lo cual dificultará más la tarea de mantener un desarrollo estable y relativamente acelerado de la economía. Las finanzas son reflejo integral del funcionamiento de la economía nacional. En 2009 ellas enfrentan enormes dificultades, y van a destacarse a toda plana las contradicciones originadas por la aguda relación entre ingresos y gastos. A juzgar por los ingresos, bajo el impacto de la desaceleración del aumento económico y demás factores el país afrontará mayores dificultades para su desarrollo económico, con reducción de la rentabilidad empresarial y bajada notable de fuentes de ingresos fiscales. Asimismo, para mantener un desarrollo constante y relativamente acelerado de la economía debemos aplicar una política fiscal activa y una reducción tributaria estructural. Los factores especiales que han contribuido al rápido crecimiento de los ingresos fiscales en los últimos años van a disminuir o desaparecer en 2009, lo que dificultará más su aumento. En cuanto a los gastos, se requiere que la hacienda acreciente su inversión para aumentar la magnitud de la inversión gubernamental para fines públicos, y garantizar y mejorar la vida del pueblo; fortalecer ámbitos prioritarios de desarrollo económico y social, como la agricultura, el campo y el campesinado, la educación, la seguridad social, el empleo, los servicios médicos y sanitarios, el ahorro energético y la reducción de emisiones contaminantes; aliviar las dificultades de algunos sectores y empresas en su gestión, y apoyar la restauración postsísmica. Como los gastos fiscales han resultado en una cifra base relativamente grande y son poco flexibles, se va a acrecentar su presión. A la hora de tomar en cuenta las dificultades, no hay que perder de vista que nuestro país se encuentra en un importante periodo coyuntural estratégico, sin que su desarrollo socioeconómico haya experimentado cambios en los aspectos fundamentales y en la tendencia a mejora permanente. Los 30 años de reforma y apertura han cimentado buenas bases material, técnica e institucional. La acelerada propulsión de la industrialización y urbanización ha contribuido a conformar un gran potencial de demanda. Abundan fondos sociales y recursos humanos. La serie de políticas y medidas de la dirección central en favor de ampliar la demanda interna ha promovido y seguirá promoviendo con energía el desarrollo estable y relativamente rápido de la economía, lo que echará sólidas bases para el incremento de los ingresos fiscales.
