Larga historia, clima templado, afición por comidas picantes, bellezas incontables e innumerables casas de té...
Por la mañana, es joven bella de familia modesta de 18 años, por la tarde es dueña de casa de 30 años, y por la noche, se transforma en mujer sensual. Chengdú, ¿Cómo puedo describirla?
Jugadores de Mahjong, aficionados al fútbol, mujeres coquetas y distinguidas, hombres diligentes y elegantes... Todo esto distingue a Chengdú.
Aquí se desdeña de la grandeza de Pekín, la altura de Shenzhen y la modernidad de Shanghai. Sin hacer caso de su fama de ciudad hedonista y perezosa, Chengdú se toma despreocupadamente su cocina picante, escucha a los cuentacuentos y en las tardes calurosos, echa una siesta a la orilla del río Jinjiang...