El gol de Mata
Los checos jugaron hora y media sin esperanza ni horizonte porque España llevó hasta el extremo su impecable neutralidad: está dispuesta a ganarle todos los puntos a todos los rivales para evitarse reproches. También para darse un gustazo como éste. La emoción duró un suspiro. Xavi filtró un pase entre dos líneas a Mata y éste salvó la salida de su compañero en el Chelsea Cech con un toque suave y preciso de izquierda. Un pase de baile frecuente en este equipo, que se esmera en la elaboración.
Fue el principio de un larguísimo recital al que se sumó Silva, que en el campo lleva meses de buen humor. Se ve un jugador imponente y con derecho a reclamar tal condición. Su queja, en cualquier caso, sonó a toro pasado (el Mundial por el que Del Bosque le hizo pasar de puntillas). En la temporada recién inaugurada ha tenido momentos del mejor Messi. Hoy también. Estuvo en todo lo que mereció la pena y le dio un gol a Xabi Alonso, que apareció en los terrenos del nueve para estoquear. Torres estaba de oyente en aquella sinfonía. Pero por encima todos anduvo Xavi, jugador eterno, instructor de un estilo comercial y eficaz a partes iguales, dueño del partido de principio a fin.