“El sabor del sauce rojo se pasa gradualmente a la carne, dando al kawap un sabor especial. Es el más auténtico y delicioso de los kawap”, dice Yasinjan.

No muy lejos del restaurante de Yasinjan, el empresario Bayiaji no tiene tiempo para almorzar porque está ocupado inspeccionando su taller de parrillas de kawap antes de que sean embarcadas a la oriental provincia china de Shandong y a la ciudad de Shenzhen, en el sur del país.

Este hombre de 39 años se llama así mismo “el rey de las parrillas de kawap” porque asegura que puede hacer que los asadores sean idénticos a los de los palacios tradicionales uigures.