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spanish.china.org.cn | 11. 03. 2014 | Editor: Sofía Hu | [A A A] |
En noviembre de 2013, el gobierno anunció que relajaría la política del hijo único, permitiendo a las parejas tener un segundo hijo si uno de los consortes es hijo único.
El cambio en la política es de gran importancia y un paso práctico hacia el desarrollo equilibrado de la población china.
La política del hijo único fue introducida a finales de 1970 para frenar a la población, imponiendo un límite a las familias urbanas de un sólo hijo.
Con la política de un solo hijo, las autoridades creyeron que habían sentado las bases para un boom económico y el avance social y no hay duda de que la política ha sido bastante efectiva en ese sentido.
Las estadísticas de la Comisión Nacional de Salud y Planeación Familiar afirman que la población de China (1.34 mil millones) sería 400 millones más alta si no fuera por la política.
El último cambio llega en tanto que la sociedad china envejece y la creciente carga de las pensiones sociales presenta grandes retos para la sociedad como un todo.
Sin embargo, la tasa de natalidad decreciente que resultó, disparó el crecimiento de la población en edad avanzada y llevó al encogimiento de la población en edad de trabajar.
El sexto censo nacional de China en 2010 mostró una tasa de fertilidad de entre 1.5 y 1.6, casi la misma que en algunos países desarrollados que hoy estan plagados de poblaciones de edad avanzada.
El pico de la población de China debería ser de alrededor de 1.5 mil millones con una tasa de nacimientos de alrededor de 1.8. Además, la fuerza laboral (940 millones) decreció en 3.45 millones en 2012, el primer descenso absoluto y se espera que caiga en unos 29 millones para finales de la década.
Mientras tanto, la población de edad avanzada continúa creciendo y aquellos de 60 años o más llegan a los casi 200 millones, 14.3 porciento del total, muy por adelante de la norma internacional de 10 porciento. Se pronostica que la cifra exceda un tercio de la población para 2050.