Durante las dos sesiones, la filosofía de crecimiento de China está en el centro de atención y se espera que el enfoque cambie hacia la calidad y sustentabilidad de la expansión del PIB.

La economía de China se ha convertido en la segunda más grande en términos de PIB. Esto ha sido logrado a través de más de 30 años de crecimiento económico a un ritmo veloz, desde que el país lanzara sus reformas y apertura a principios de los años 80. Sin embargo, en tanto que muchos gobiernos han hecho de la expansión del PIB su prioridad principal, dicha manía llevó a ignorar la protección ambiental y la reserva de recursos, tal como pone al descubierto el reciente smog que ha cubierto muchas partes de la región del norte.

Durante las dos sesiones del año pasado, el gobierno prometió acelerar la reestructuración económica y buscar un desarrollo social y económico más equilibrado.

En junio, el presidente Xi Jinping prometió eliminar la tradicional forma de evaluar el desempeño de la carrera de los funcionarios a través de las cifras del PIB.

Durante la Conferencia Central de Trabajo Económico en diciembre, el liderazgo del país hizo hincapié en la plataforma de adherirse a la filosofía de crecimiento basada en la calidad y orientada a la eficiencia que no dejará efectos secundarios en las generaciones venideras. Es un anuncio de facto de abandonar la filosofía de una persecución desigual del PIB.

Durante las dos sesiones locales recientemente concluidas, 22 de las 31 provincias, municipalidades y regiones autónomas decidieron reducir su objetivo de crecimiento del PIB este año, un paso significativo en la búsqueda de una filosofía de crecimiento más razonable y sustentable.