La Zona Libre de Comercio de Shanghái fue lanzada el 29 de septiembre de 2013, como un sitio de prueba para que el liderazgo chino amplíe sus reformas orientadas al mercado e impulse la actividad económica.

En sólo seis meses, 400 compañías extranjeras se han trasladado a la zona, señalando una nueva ronda de crecimiento potencial a través de la innovación institucional, en vez de la preferencia institucional, que será el centro de la reforma económica de China.

La Zona ha sido calificada como uno de los pasos más significativos desde la creación de la Zona Económica Especial de Shenzhen hace más de 30 años y una “veleta” por realizar la nueva visión del liderazgo de la “segunda temporada” del milagro económico chino.

Es una respuesta a tiempo a una tendencia de reforma mundial en la era posterior a la crisis financiera, especialmente en las economías emergentes. Establecer la Zona en Shanghái le da un nuevo significado a la relación entre el gobierno y el mercado.

La Zona también es un punto de partida para que China escriba de nuevo las reglas del comercio mundial, especialmente cuando varios acuerdos de libre comercio, como la Alianza Trans-Pacífico parecen estar pasando por alto a China, la segunda mayor economía del mundo.

Mientras tanto, se espera que la Zona de Shanghái haga que la ciudad china surja como una central financiera en Asia, lo que incrementaría la influencia económica mundial del país a largo plazo.