Dado que la economía nacional ha mantenido un desarrollo seguro y relativamente rápido y consolidado en mayor grado su tendencia de repunte en la buena dirección dentro del contexto de un entorno económico complejo y cambiante en el plano internacional y de una alta incidencia y recurrencia de desastres naturales en el país, los éxitos obtenidos no han sido fáciles de conseguir. Son resultado del manejo de la situación en su conjunto por el Comité Central del Partido y el Consejo de Estado y de su firme dirección; son resultado de la aplicación concienzuda de las orientaciones y políticas de la dirección central y la estrecha colaboración y el sólido trabajo de los diversos territorios y departamentos, y también son resultado del desafío a las adversidades y los esfuerzos mancomunados del pueblo de todas las etnias del país. Al cabo de un lustro de esfuerzos, de entre los 22 índices principales para el desarrollo socioeconómico establecidos en el Documento Guía del XI Plan Quinquenal, los ocho índices de carácter obligatorio se han materializado por completo; y los otros 14, de carácter expectativo, se han alcanzado sin tropiezos, a excepción de tres, a saber, el peso específico del empleo en el sector servicios, la participación del valor agregado de este sector en el PIB y la proporción en éste de los gastos de investigación, experimentación y desarrollo.
A la hora de ver los logros, también somos conscientes de que el desarrollo del país todavía encara ciertas contradicciones y problemas relevantes. Primero, la escasa solidez de la base para un aumento seguro de la producción cerealera y un incremento continuo de los ingresos del campesinado. Se agudiza el papel restrictivo de recursos como las tierras de labranza y el agua dulce, siguen siendo débiles las infraestructuras hidráulicas, falta en general nivel científico y tecnológico en la agricultura, la rentabilidad comparativa de ésta es baja durante largo tiempo, y los campesinos que salen a buscar trabajo en otros lugares topan todavía con obstáculos institucionales. En segundo lugar, la ardua tarea de la reestructuración económica. El aumento de la capacidad de innovación independiente se enfrenta con restricciones como la imperfección del mecanismo de incentivación y la carencia de técnicas medulares y de personal cualificado de alta categoría, a la vez que se hacen más patentes los problemas derivados de la inversión a ciegas y del exceso de capacidad productiva en algunos ámbitos, crecen las dificultades en la eliminación de la capacidad productiva obsoleta, marcha aún con retraso el desarrollo del sector servicios y siguen siendo destacados el desequilibrio y la desarmonía del desarrollo entre la ciudad y el campo y entre las regiones. Tercero, la considerable presión proveniente del alza de los precios. La presión que ejerce la inflación importada está en alza, mientras que el mercado presenta una holgada liquidez, se acrecientan los fenómenos de la especulación y el agiotaje de los capitales flotantes, y se ha