Se ha elevado aún más el nivel de desarrollo de la economía abierta. Hemos aplicado con insistencia la estrategia de diversificar el mercado y la de ganar por calidad, potenciado el control de la exportación de los productos de recursos naturales y de los elaborados con alto consumo energético o gran emisión contaminante y aumentado la importación de materias primas y materiales escasos en el país, productos elaborados con alta energía, tecnologías avanzadas, y piezas y partes clave. Hemos mejorado el estado de desequilibrio comercial. En el año se ha dado un aumento del 34,7% en el valor global de las importaciones y exportaciones, alcanzando los 2 billones 972.760 millones de dólares, con un aumento del 31,3% en las exportaciones y otro del 38,7% en las importaciones, con lo que el superávit ha sido un 6,4% inferior al del año anterior. Hemos sacado a la luz pública propuestas en aras de una mejor realización de la utilización del capital foráneo, orientándolo a invertirse en la industria de manufactura de alta categoría, la de altas tecnologías, los servicios modernos, las nuevas energías y las industrias de ahorro energético y protección medioambiental, y en las regiones centrales y occidentales. Las inversiones foráneas directas aprovechadas en el año (en ámbitos distintos a la banca, los valores y los seguros) han ascendido a 105.740 millones de dólares, con un aumento del 17,4%. Hemos tomado préstamos del extranjero por valor de 20.500 millones de dólares, un 57% más. Se ha aplicado activamente la estrategia de “salir al exterior”, con nuevos avances en una serie de proyectos prioritarios de inversión fuera de la parte continental del país. Las inversiones directas en el exterior en actividades no financieras de todo el año han sumado 59.000 millones de dólares, aumentando un 36,3%. Se han consumado operaciones en las obras de ingeniería por contrata para el exterior por un monto de 92.200 millones de dólares, un 18,7% más.
6. Potenciación integral de la labor de garantización y mejora de la vida del pueblo
Continúan en aumento los ingresos de los habitantes tanto urbanos como rurales. La renta per cápita disponible de la población urbana creció en 1.934 yuanes —un 7,8% en términos reales en comparación con el año anterior si deducimos el factor de precios—, situándose en 19.109 yuanes, 1,8 puntos porcentuales por encima de la meta prevista, mientras que la renta per cápita neta de la población rural creció en 766 yuanes —un 10,9% en términos reales tras la deducción—, hasta los 5.919 yuanes, lo que significa un sobrecumplimiento de 4,9 puntos porcentuales respecto de la meta prevista. Es la primera vez desde 1998 que el crecimiento de los ingresos de la población rural supera al de los de la población urbana.
Figura 10. Incrementos reales de los ingresos de la población
urbana y rural en el XI Quinquenio
(Unidad: %)