
Luciendo un vestido de Michael Kors y joyas de Cartier –brazalete de época de los años veinte valorado en 759 mil euros, pendientes ‘briolette’ candelabro de diamantes de 47 quilates valorados en 505 mil euros y un broche antiguo de diamantes para el pelo valorado en 64 mil euros–, Jennifer Garner subió al escenario para entregar el Oscar al mejor montaje de sonido en 2006. Su aparición en el escenario del Kodak Theatre a punto estuvo en convertirse en lo más comentado de la velada, ya que debido a un desafortunado resbalón pudo acabar en el suelo. Afortunadamente no fue más que un pequeño susto y la actriz pudo seguir adelante con la ceremonia mostrando su mejor sonrisa.