Similarmente, los padres están en desacuerdo respecto a la tasa del éxito, pues ninguno ha tenido un precedente exitoso. No obstante, una señora explicó que los que habían tenido éxito ya no volvían al parque, y que por eso nadie sabía de su experiencia. Los presentes asintieron moviendo la cabeza afirmativamente.
Entretanto, las conversaciones continuaban para la presentación recíproca. Los padres elogiaban a sus hijos, hablaban con entusiasmo de sus rendimientos académicos y enseñaban sus fotos con orgullo. Si un paseante se detenía a observar estas escenas tan animadas, se daría cuenta de que el intercambio social de los padres no es menos importante que la felicidad que se imaginaban para sus hijos queridos.