Cuando la madre y la hija se fueron, muchos comenzaron a cuchichear. Una mujer expresó: “¿Habéis visto las cejas de la niña? No son verdaderas”. Otra comentó: “Es orgullosa, seguro que tendría problemas con cualquiera que fuera: vivienda no grande, o bien coche demasiado pequeño”.
Sin embargo, la Sra. Shen no pensó así, quería saber si alguien había anotado el número de teléfono de la muchacha, y creía que quizá su hijo fuese el candidato indicado. El muchacho tiene 32 años, pero aún no tiene novia apropiada. Shen mencionó que su futura nuera debía tener 28 años o menos, que el empleo no importaba tanto, y que debía ser adecuada para su hijo y ser buena con él. Sonrió cuando se le preguntó si el joven sabía lo que estaba haciendo. “Sí, por supuesto”, repuso, añadiendo: “Lo supo tarde, sólo esta mañana, no reaccionó con entusiasmo, pero cambiará de actitud si encuentro una chica buena para él”.