La lengua china pertenece a la familia de lenguas sino-tibetanas, que difieren enormemente de las lenguas indo-europeas como el español, el inglés o el francés. Si el traductor sólo dispone de un nivel aceptable en ambas lenguas podrían surgir problemas.
Sin embargo, uno debe sondear la profundidad de la lengua origen y la lengua término antes de poder entrar en el mundo de la traducción. Cualquier forma de interrupción en la comunicación resulta desastrosa. La verdad puede ser tergiversada, la información puede perderse o malentenderse, limitando así la prospección integral del mensaje traducido. Esto resulta tanto más importante en la traducción literaria, donde entran en juego muchos más factores que la mera comunicación de un mensaje.
¿Cuándo podremos erigir una nueva Babel? |
Además, la traducción no se puede aislar del contexto social, en especial cuando se trata de traducción literaria. A parte de las barreras lingüísticas, las obras literarias (novelas, poemas, teatro) se interesan muchísimo por la vida social, la cultura local y la economía de donde están ambientadas.
Al tiempo que la economía china continúa deslumbrando al mundo, avalanchas de nuevas obras siguen apareciendo como resultado de los cambios sociales. Dichas palabras, nacidas en suelo chino, son ricas en carácter local.
Fangnu (literalmente ‘esclavo de la vivienda’), por ejemplo, es una palabra que describe a la generación más joven que ha tenido que destinar la mayor parte de su sueldo a la hipoteca. Los precios de la vivienda no parecen mostrar signos de declinación, y poco a poco estos jóvenes se convierten en ‘esclavos’ de sus hipotecas. Así pues, esta palabra necesitaría un tiempo de reflexión prudencial para poder ser entendida por lectores de otros países donde no existe este fenómeno.
Como muchos libros de gran éxito comercial chino reflejan el cambiante escenario de la vida china, la tarea de traducirlos de manera fiel se vuelve todavía más difícil. E incluso peor es el hecho de que existan muchos dialectos en China. Las obras literarias populares normalmente captan los gritos y quejas de la comunidad local, algo que se pierde irremediablemente durante el proceso de traducción debido a las inimitables y genuinas características de dichos dialectos.