El cojín con forma de bebé del horno Ding de la dinastía Song no solo reflejaba las sublimes destrezas de los artesanos, sino que eran un reflejo de la atención profesada a los niños por parte de la sociedad de la dinastía Song. Creían que los niños simbolizaban la promesa del futuro y podían traer felicidad a las familias y evitar el mal.
Tras las dinastías Ming y Qing (1368-1911), con la aparición de materiales más idóneos para manufacturar dichos cojines, los de porcelana quedaron en el olvido t desuso en el día a día de la gente.