El proceso para extraer el contenido líquido del huevo, desinfectarlo, etc, debe hacerse tras completar el grabado. Debido a la fragilidad de la superficie del material, es muy complicado tallarlos y los huevos de gallina grabados no suelen ser comunes en el mercado.

Pasos de la producción

1. Selección del huevo: la cáscara del huevo de una gallina mediana se selecciona según su sonido y condiciones fisiológicas; así, el huevo debe presentar cierto grosor, suavidad y brillo.

Para preparar la cáscara, antes de grabarla, lo primero es extraer el líquido del interior. Primero, se practica un agujero en uno de los extremos con el buril u otra herramienta afilada, moviéndola hacia los lados para el escariado. Esto debe hacerse con suavidad, para evitar quebrar la cáscara. Cuando el agujero es lo suficientemente grande, se usa un tornillo par eliminar los restos de cáscara en el extremo del huevo. Cuando el agujero es lo bastante grande como para introducir una jeringa, se puede cesar el proceso. Tomando el huevo en una mano y con la otra, se usa la jeringa para extraer el contenido, colocando el agujero hacia abajo para facilitar la extracción. Ambas manos deben operar con delicadeza y hay que mover la jeringa con suavidad para no resquebrajar la cáscara, poniendo especial atención al extraer la yema, por su consistencia viscosa

Finalmente, hay que sacudir lo que quede en el interior. Tras la extracción, los residuos que permanezcan en el interior se desprenderán por sí mismos con el tiempo; por ello, hay que limpiar la cáscara con agua, utilizando para ello la jeringa. Tapando el agujero con el pulgar, se agita la cáscara para que se limpie por dentro y luego se extrae la mezcla con la jeringa. Finalmente, se sacude el huevo para eliminar los restos de agua. El huevo debe limpiarse así por dentro al menos dos veces. La segunda vez, el agua saldrá más clara. Luego, se ha de utilizar una solución química para desinfectarlo por dentro. Tras completar este paso, la cáscara del huevo estará lista para ser decorada.