¿Podrías pensar en una cáscara de huevo como una delicada pieza de artesanía? Algunos artistas tallan o graban decoraciones refinadas sobre cáscaras de huevo con un espesor no mayor del de dos cabellos, ya sea un huevo de gallina, pato o avestruz.
El arte del grabado sobre huevos
En las Dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), la gente tenía la costumbre de regalar huevos con cáscara roja en las bodas, cumpleaños y nacimientos. En aquella época prevalecía esta tradición, sobre todo en Beijing, donde el consumo de huevos era considerable. Así, se desarrolló todo un negocio entorno a los huevos secos rojos. Posteriormente, los comerciantes comenzaron a pintar decoraciones sobre ellos, como flores y aves, peces e insectos o maquillaje facial, con el fin de mejorar sus ventas. Tras años de evolución, la artesanía de los huevos decorados fue mejorando. En la actualidad, se suele vaciar el huevo y grabar delicados dibujos en la cáscara, dando como resultado una obra de arte de alto valor.
El grabado de huevos incluye toda una variedad de formas de artesanía. Una consiste en grabar tales dibujos como figuras, paisajes, aves y flores sobre una cáscara de huevo oscurecida mediante un buril con la forma del dibujo deseado o perfilándolo; la otra forma consiste en grabar sobre un huevo de pato o avestruz, que suelen ser más gruesos, con el método del bajorrelieve.