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spanish.china.org.cn | 24. 03. 2014 | Editor: Sonia | [A A A] |
Las esperanzas, pues, están puestas en la cantera. Y ahí es donde entran en juego las cábalas de las familias. El fútbol es una apuesta arriesgada. No hay garantías de éxito sobre el césped. En China, los niños deben dedicar generalmente a los estudios 10 o 12 horas al día -incluyendo a veces los fines de semana- si quieren tener la posibilidad de ir a un buen instituto y a una buena universidad. No hay tiempo para juegos. Ni para el fútbol. Los que escogen el camino del deporte suelen perder el tren de la academia.
Es por ello que Evergrande está tratando de vencer las dudas de los progenitores con un programa de estudios más serio que en otros centros de entrenamiento. El director Liu recalca que buscan la excelencia académica igual que la deportiva y hace hincapié en la meritocracia, un concepto que suena a revolucionario en un país en el que las conexiones importan mucho. El comportamiento austero de los empleados y de los chicos refrenda sus argumentos.