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spanish.china.org.cn | 24. 03. 2014 | Editor: Sonia | [A A A] |
Una situación parecida compartida por muchos de los entrenadores, quienes necesitaban un trabajo adicional además de entrenar a jóvenes futbolistas para poder llegar a fin de mes.
En China pueden vivir de su pasión. Tienen, además, muchas ganas de dejar su seña. Por lo pronto han conseguido que los niños de Evergrande saluden a todos los extranjeros con un “hola” en castellano.
Por encima de todo, sin embargo, se intuye en el grupo esa satisfacción de estar siendo parte de algo grande y esa perplejidad que engancha al llegar a China, un país sin tradición futbolística alguna, sin referentes en un deporte absolutamente minoritario, pero con la inquebrantable ambición de llegar a lo más alto.