A diferencia de los demás, este restaurante no resulta desagradable por su decoración, sino por su menú. Aquí se sirven penes, montones y montones de penes de toda clase de animales. Halloween es época de probar cosas que normalmente disgustan y que te harían perder el apetito durante años, pero este restaurante realmente bate cualquier récord. Los penes suelen ir acompañados a veces por los correspondientes testículos.