1. Cuevas Heladas (Grants, Nuevo México, EE UU)
En los páramos de Nuevo México, un camino excavado por la lava conduce a los visitantes desde el Volcán Bandera a la cueva, donde las temperaturas nunca sobrepasan los 0,5ºC. El suelo helado tiene unos 6 metros de grosor y resplandece con un brillo verdecino debido a las algas que hay debajo.
No se sabe cómo comenzó a formarse este lugar, pero el hielo comenzó a acumularse aquí hace 3.400 años. Antiguos habitantes de la zona entraban en este ‘caja de hielo en mitad del desierto’ con vagones de serrín para llevar hielo a casa.
Curiosidades: El salón local, que en su momento servía cerveza con hielo, es ahora la Compañía Comercial de las Cuevas de Hielo, y posee una muestra de herramientas usadas por los indios Anasazi con más de 1.200 años de antigüedad.